Es lamentable que en 10 años el país sólo haya sido capaz de reducir en 0.9 por ciento la violencia contra las mujeres, aseguró Lucía Melgar Palacios, coordinadora de investigación y proyectos académicos del Programa Universitario de Estudios de Género de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Al analizar los resultados de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (Endireh) de 2006 y 2016, la especialista señaló que es inaceptable que 66.1 por ciento de mexicanas mayores de 15 años han sufrido algún grado de violencia.

La encuesta revela que de 46.5 millones de mujeres de 15 años y más en el país, 30.7 millones han padecido al menos un incidente de violencia emocional, económica, física, sexual o de discriminación en los espacios escolar, laboral, comunitario, familiar o en su relación de pareja.

En 10 años no tenemos más que este pequeño resultado, lamentó la especialista, quien al citar el estudio dado a conocer hace unos días por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía precisó que la relación en que ocurre con mayor frecuencia la violencia contra las mujeres es precisamente la amorosa. Por ende, el principal agresor es o ha sido el esposo, pareja o novio.

La encuesta muestra que 43.9 por ciento de las mujeres que tienen o tuvieron pareja, sea por matrimonio, convivencia o noviazgo, han sido agredidas en algún momento de la relación.

En la conferencia La violencia contra las mujeres y los desequilibrios sociales que produce, que dictó en la primera Feria Internacional del Libro Universitario de la UNAM, Melgar Palacios comentó que en la Ciudad de México (donde se reportan más casos) al menos 79 por ciento de las mujeres ha sufrido algún tipo de violencia, 56 por ciento ha sido agredida por su pareja y 61.1 en la comunidad, por ejemplo, en la calle y el transporte público.

En un comunicado del Foro Consultivo de Ciencia y Tecnología, la experta señaló que a pesar de que las agresiones de género no pueden disminuir de un día para otro y los contextos de violencia extrema generalizada que se viven desde 2007 no contribuyen a reducirlas en espacios específicos, es necesario hacer conciencia sobre el fenómeno y diseñar políticas públicas para disminuirla.