Durante los primeros 15 días de agosto, el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) subió 6.59 por ciento a tasa anual, el mismo incremento registrado la quincena pasada que a su vez fue la variación más alta desde junio de 2001 (cuando alcanzó 6.68 por ciento) de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

La inflación de la primera mitad de agosto se explicó por presiones sobre precios de educación, frutas, verduras y energéticos.

El reporte detalló que el precio de las colegiaturas se incrementó 1.03 por ciento derivado de los aumentos en educación universitaria (1.69 por ciento) y preparatoria (2 por ciento).

Las frutas y verduras subieron 1.64 por ciento, principalmente impulsadas por el alza de 4.53 por ciento en el precio del jitomate, de 16.9 por ciento, y del tomate verde por 13.2 por ciento.

Sin embargo, estos incrementos fueron mitigados por la caída en los precios de chayotes (16.7 por ciento), plátanos (3.17), aguacate (2.91) y chile serrano (5.14), mientras los alimentos procesados subieron 0.26 por ciento.

Los precios de otros servicios disminuyeron 0.38 por ciento derivado de la disminución en paquetes turísticos (menos 7.77 por ciento) y el transporte aéreo (disminución de 13.7 por ciento).

Los precios de los energéticos aumentaron 1.64 por ciento, impulsados por los costos del gas LP (los cuales subieron 2.18 por ciento) y la gasolina de bajo octanaje (con 0.41 puntos porcentuales de alza), esto a pesar de la caída de 0.2 por ciento en los precios de la electricidad.

El avance del INPC fue de 0.31 por ciento con respecto a la quincena inmediata anterior.

Las localidades de Huatabambo, Sonora; Tlaxcala, Tlaxcala, y Culiacán, Sinaloa, fueron las que mayores variaciones presentaron por arriba de la media nacional con 0.98, 0.92 y 0.91 por ciento, respectivamente, mientras Fresnillo, Zacatecas; Tepic, Nayarit, y Aguascalientes, Aguascalientes, mostraron las mayores variaciones por debajo del índice con tasas negativas de 0.17, 0.08 y 0.01 por ciento respectivamente.

Analistas esperan que la carestía alcance su nivel máximo la próxima quincena para después bajar y llegar a un cálculo de 6.2 por ciento al cierre de 2017.