El mexicano Rafael García hizo una mancuerna sólida y de lealtad en los mejores años de Floyd Mayweather. Trabajaron juntos durante casi dos décadas, en las que el veterano de 88 años fue su cutman irremplazable –el encargado de atender heridas durante la pelea y de vendar las manos del boxeador–, siempre desde la esquina.

Este sábado no podrá estar en el duelo contra el peleador de la UFC, el irlandés Conor McGregor, al menos eso dice hoy desde su estancia en un hospital de Las Vegas, debido a complicaciones por un resfriado.

No creo poder, me siento débil y mareado, habíamos quedado de trabajar para este sábado contra McGregor, pero sinceramente creo que no puedo ser rápido como lo requiere esa labor, cuenta García; tengo 50 segundos para subir y atenderlo, podría hacer mal mi trabajo o caer y hacer el ridículo.

García no le ha dicho a Mr Money que no puede, piensa que esa noticia lo podría distraer y siempre ha sido un integrante del equipo preocupado por la concentración del peleador.

He hablado con el equipo, hay quien está encargado mientras no estoy, pero no he querido decirle nada a Floyd para no preocuparlo, será la primera vez en 20 años que no esté con él ni en los entrenamientos ni en la esquina; si voy sería sólo como invitado.

García no quería que el estadunidense regresara de su retiro, desde su mirada ya no tenía que probar nada al marcharse con un récord de 49 victorias y sin derrotas, pero sabe que le tentaba la posibilidad de alcanzar la cifra de un invicto 50-0.

A pesar de que Mayweather volvió para enfrenatar a McGregor en un combate que ha sido polémico desde que surgió como mera posibilidad, el cutman mexicano no considera que será un espectáculo patético y por el contrario piensa que puede ser emotivo.