Hasta marzo tenía pasivos por $60 millones, señala el dirigente
Parados, trabajos en las demarcaciones por no poder pagar salarios
Viernes 4 de agosto de 2017, p. 30
El Partido de la Revolución Democrática (PRD) en la capital está en números rojos y tenía pasivos de más de 60 millones de pesos hasta el primer trimestre de este año, entre deudas con proveedores, multas y otros gastos acumulados, que han paralizado incluso el trabajo de los empleados del partido en las delegaciones porque no hay dinero para sus sueldos.
Estamos en una profunda crisis financiera. La cúpula del partido está enterada y aunque está obligada a entregar su reporte financiero al Consejo Estatal, tiene casi dos años que no se convoca a éste
, explicó en entrevista Enrique Vargas, secretario general del PRD local
Ejemplifica que las deudas por servicios son tales que hace varios meses no funciona el elevador del edificio de la sede del partido en la colonia Roma, porque no sólo no hay dinero para arreglarlo, sino que se le deben facturas a la compañía encargada de hacerlo.
Hasta las elecciones de jefes delegacionales y diputados locales en 2015 las cosas iban bien. Había recursos para que el partido funcionara, pero después vino la crisis porque no se comprobaron los recursos en los tiempos marcados, no se presentaban comprobantes suficientes y empezaron las multas de 8 millones, de 4 millones, y eso, aunado a que bajaron las prerrogativas 40 por ciento, vino la crisis
.
Enrique Vargas detalla que el dinero recibido era de alrededor de 126 millones de pesos al año, pero tras los resultados de esas elecciones, cuando el PRD perdió varias delegaciones, bajó a 80 millones. Esto ha derivado en que el partido prácticamente está paralizado en todas las delegaciones y los comités ejecutivos delegacionales están cerrados o no tienen capacidad de operación
.
El secretario general del PRD recuerda que aunque propuso resarcir esta situación por medio de una campaña de finanzas, no fue tomado en cuenta.
No hay identidad partidaria
Tiene que haber voluntad real de los dirigentes políticos para echar a andar una campaña financiera. Los diputados no pagan sus cuotas obligatorias, pagaran tres o cuatro y en todo caso lo condicionan para que ese dinero se invierta en su delegación. Cuando alguien aporta es de manera institucional, no para beneficio personal
.
Vargas explicó que tampoco funcionan ya las cuotas extraordinarias a los militantes del partido, cuando había una identidad perredista. Ahora, por el enojo que hay por cómo se ha llevado la conducción del gobierno de la ciudad y otras decisiones, la identidad partidaria se ha diluido. En la actualidad tenemos un gobierno sin identidad partidaria; nadie se siente perredista y entonces nadie siente obligación de aportar al partido
, concluyó.