Federica Zanco, en exclusiva para La Jornada, devela cómo adquirieron esa obra
sin que sea un caos
La directora de la Barragan Foundation destaca el leitmotiv de una labor que abarca más de dos décadas
En el asunto de los derechos de autor del artista mexicano hay mucha confusión porque se nos atribuye una neurosis de control, aunque el problema es de respeto a la ley, explica
Es un honor y un deberque la Barragan Foundation posea los derechos de autor de la obra de Luis Barragán (1902-1988), expresa su directora Federica ZancoFoto Mónica Mateos-Vega
Miércoles 2 de agosto de 2017, p. 3
Basilea.
Para la directora de la Barragan Foundation (BF, sin acento por su ortografía en inglés), Federica Zanco (Concordia Sagittaria, provincia de Venecia, Italia, 1961), es un honor y un deber
que la instancia que dirige posea los derechos de autor de la obra del arquitecto Luis Barragán Morfín.
En entrevista con La Jornada, efectuada en sus oficinas en esta ciudad, la doctora en composición arquitectónica narra a detalle cómo fue el proceso de adquisición del legado del artista mexicano, en el que hubo una historia de amor paralela, pero no tan llena de fantasías ni distorsionada como se difundió los recientes meses.
La investigadora italiana trabajaba de redactora de temas de diseño para la renombrada revista Domus, cuando en febrero de 1994 viajó de vacaciones al país con Rolf Fehlbaum, su novio y presidente del grupo suizo Vitra.
En alguno de sus paseos, añade, “descubrimos la belleza de la obra de Luis Barragán. Cuando regresamos a Europa, Rolf le platicó al director del Vitra Design Museum, Alexander von Vogesack, la experiencia que tuvimos de turistas, quien dijo que si era tan buena la obra de este mexicano se podría buscar a los herederos para solicitarles material para una exposición.
“Me pidió acompañarlo en septiembre de ese mismo año a México para encontrar a la familia y buscar documentos. Así empezó toda la historia. Nos enteramos que el archivo lo tenía el galerista neoyorquino Max Protetch, quien pensaba subastarlo en partes. Vitra decidió adquirirlo completo, y a finales de 1994 y comienzos de 1995 se concretó la adquisición.
El Vitra Design Museum buscó en México o en España a alguna persona que hablara español para ponerse a trabajar en la conservación y catalogación, pues en marzo comenzaría a llegar las cajas a Suiza. Fue cuando Rolf me preguntó si me interesaba darle una primera ordenada, pues yo tenía experiencia con archivos.
Cultura del derecho de autor
Federica Zanco estudió arquitectura y teoría del restauro en Venecia, así como archivística y paleografía en los archivos de Estado de esa ciudad, uno de los más antiguos y completos acervos históricos de Italia (26 kilómetros de documentos).
Ahí tuvo la fortuna de leer “un documento maravilloso del embajador de Venecia en España, en el cual avisa que un tal Cristóbal Colón ‘parece que ha descubierto una nueva ruta para las Indias’, y advierte que tengan cuidado, que algo va a pasar y que busquen más información”.
Federica obtuvo su doctorado con una tesis sobre el proyecto del arquitecto Josip Plecnik (1872-1957) para la remoldelación del Castillo de Praga, en la República Checa. Fue la primera investigadora en el mundo que tuvo acceso a esos documentos, gracias a que la caída del Muro de Berlín propició la apertura de los países de Europa del este.
Llevaba cuatro años trabajando para Domus y vivía en Milán, cuando Fehlbaum, quien radicaba en Basilea, le pidió que lo ayudara a dar una primera ordenada al archivo Barragán.
“Acepté con la idea de que sería un trabajo de unos seis meses. No tenía planes de casarme con Rolf todavía, pero debía estar en Basilea y quedarme con él. Vengo de una familia tradicional y pensé que para mis padres no sería aceptable así nada más. Entonces nos casamos en junio de 1995. En cierto sentido mi matrimonio se lo debo al archivo, se lo debo a Barragán, y lo agradezco mucho.
–Y le cambió la vida.
–Ha sido la culminación de una trayectoria que no había imaginado. Me cambió la vida porque pensé que sería un trabajo de unos cuantos meses y llevamos 22 años. Nos tomó tres acercarnos al archivo, sólo para saber qué teníamos, y desde hace 11 preparamos el libro catálogo.
“Se dice mucho que no hacemos nada, pero organizamos exposiciones, seminarios académicos, pláticas. No todas en México, porque no puedo ir allá a dar una charla en una universidad si no me invitan, nada puedo imponer. La actividad más reciente en la que participé en ese país fue en Mextrópoli: Festival Internacional de Arquitectura y Ciudad, hace dos años, invitada por Miquel Adrià, con quien siempre hemos estado en contacto todos estos años porque realizamos juntos la primera guía de los edificios de Luis Barragán que han sobrevivido.
“Antes trabajé con la revista Arquine, con Ramón Reverté, quien publicó su libro sobre Barragán y nada le cobramos. Fue una buena colaboración, se vendió muy bien, tuvo rediciones, todo eso lo facilitamos.”
Respecto de los derechos de autor de Luis Barragán que posee la BF, Zanco dice que se trata de un tema en el que también “hay mucha confusión, porque se cree que tenemos una neurosis de control. El problema no es ése, sino que existe una ley federal de derechos de autor que en México es muy buena, basada en la ley internacional del Convenio de Berna para la protección de las Obras Literarias y Artísticas, muy parecida a la ley alemana en la cual se reconoce el derecho de un autor de proteger sus obras e ideas.
“La propiedad creativa de una idea es algo que en Europa nos enseñan a respetar mucho, en Francia, Alemania y Suiza, donde hay toda una cultura al respecto, pues Basilea es la cuna del diseño. Entonces, no se apropia uno de la idea de otro autor sin darle crédito y sin pedirle permiso, es un procedimiento normal. Eso no significa que uno necesite manejar esto de manera agresiva.
“Que alguien deba pedirnos permiso no significa una humillación, sino saber quién es el dueño original de algo y conocer si su eventual utilización está en línea con la ética. Así de simple.
“También han dicho: ‘¿por qué tenemos que pedirles a suizos algo que es mexicano?’ El asunto es que la obra de Luis Barragán no es propiedad de México, pertenece, en primera instancia, al propio arquitecto, y es una propiedad que como todas se puede alienar y traspasar en legado. Barragán, en su testamento, lo legó a su socio Raúl Ferrera. Cuando éste muere, la propiedad pasa a su viuda, quien decide venderla a Max Protetch, quien decide venderla a Vitra, que adquiere el archivo con todo y los derechos de autor.
No fue nuestra elección manejar los derechos, están junto con el archivo. No podemos elegir tenerlos o no, así es. Podemos ignorarlos, pero existen y no puedo descuidarlos.
Flexibilidad
Federica Zanco insiste en que han sido flexibles con sus políticas de autorización, “porque sabemos que se trata de un legado de interés nacional para un país que respetamos. Por ese motivo, y por ser suizos, decidimos nunca dar permisos comerciales. Cuando nos piden permiso para publicidad, mercancías o explotación comercial de cualquier tipo: la respuesta es no.
“Nos criticaron porque salió la campaña de la marca francesa Louis Vuitton que eligió la arquitectura de Barragán como escenario para su colección Pre-Fall 2016, pero se hizo sin nuestro permiso.
“Cuando se ha dado el caso, se pide por conducto de instancias legales que se cumpla con lo que se debe cumplir. No lo hacemos directamente porque nosotros no interponemos demandas legales, no contamos con un departamento jurídico. Tenemos un convenio con una sociedad colectiva de derechos de autor en Suiza, se llama ProLitteris, y en México Sociedad Mexicana de Autores de las Artes Plásticas (Somaap), las cuales tienen filiales que manejan el derecho de autor de acuerdo con la ley de cada país.
“Aquí llega de todo, y a todos atendemos de manera amable. Desde las personas serias, con proyectos interesantes, hasta los oportunistas que se quieren aprovechar del nombre de Barragán. Es difícil distinguirlos. Por eso, nuestra política es evaluar caso por caso e ir aprendiendo. En el camino hemos cambiado nuestras políticas muchas veces, no lo negamos ni nos avergüenza.
Hemos trabajado de una manera modesta porque la fundación todavía no está abierta al público. Pero el objetivo final de la labor desarrollada durante más de dos décadas ha sido siempre el mismo: abrir al gran público este legado, pero sin que sea un caos. Cuando las cosas se hacen, se hacen bien, es el espíritu de Vitra
, concluye Zanco.