La Asociación Mexicana de Ayuda a Niños con Cáncer (Amanc) realizó ayer su séptima Reunión de Supervivientes de Cáncer Infantil, con la cual busca dar a los menores que han padecido ese mal diversas herramientas para aminorar las secuelas físicas y sicológicas que muchos de ellos presentan.

Francisco Ochoa, responsable de comunicación social de la Amanc, explicó que este encuentro –llamado Unidos para contar la vida– tiene el propósito de congregar al mayor número de personas que le hayan ganado la batalla al cáncer para generar una red de apoyo a los niños que hoy se enfrentan a ese padecimiento.

De esta forma, además, se puede crear una base de datos de cuántas personas han logrado sobrevivir al cáncer, dato que las autoridades sanitarias no han sistematizado todavía.

Uno de los problemas más graves que enfrentan los sobrevivientes de ese mal, subrayó Ochoa, es la idea generalizada de que una vez superada la enfermedad todo está bien en sus vidas, cuando en realidad tienen que enfrentar diversas secuelas físicas, sicológicas y emocionales.

Para discutir sobre esos temas, el encuentro organizó talleres y pláticas de integración, sexualidad, alimentación, afectividad y autoestima, además de una feria de empleo y orientación vocacional, ya que muchos de los sobrevivientes encuentran dificultades a la hora de buscar empleo, por temor de sus empleadores a que sufran recaídas.

Crear una red de apoyo es fundamental, puntualizó Francisco Ochoa, porque ante la falta de opciones laborales o educativas, muchos de los niños sobrevivientes se refugian en el consumo de alcohol, tabaco y otras sustancias, o se automarginan y pierden la posibilidad tener una vida digna.