Por su relato Las vías del tren, Óscar Antonio Bonilla Armijo (Gómez Palacio, Durango, 1996) ganó la edición 25 del Premio Juana Santacruz, organizado por el Ateneo Español de México.

Cada año se convoca a los interesados en escribir un cuento de una cuartilla. De acuerdo con Juan Manuel Vadillo, quien junto con la escritora Angelina Muñiz-Huberman y el editor y pintor Juan Luis Bonilla Rius, integraron el jurado, el cuento de Bonilla Armijo tiene un carácter enigmático.

Con muy pocos elementos (una piedra, las vías del tren, el desierto, huesos enterrados, piedrecillas de grava y una muñeca), apuntó Vadillo, consigue que nos imaginemos un mundo apocalíptico, que puede tratarse del mundo que hoy estamos viviendo. Más aún cuando el narrador nos cuenta que los sobrevivientes de una masacre devastadora han perdido a sus seres queridos.

Relato desolador

El personaje-narrador de la historia es un ser capaz de paliar el dolor sólo por un momento; no obstante, el sufrimiento resurge en una suerte de milagro a medias. Es un relato desolador, donde el vacío y la sensación de que todo se ha derrumbado nos deja sin esperanza, dijo Vadillo.

El relato sorprende porque el personaje-curandero no solamente tiene la virtud de mitigar el dolor, sino que también puede llevar mensajes de parte de los vivos a los muertos. La economía denotativa del relato lo llena de connotaciones: cómo sería aquel paisaje, el horizonte de un desierto futuro, las vías del tren que se pierden a lo lejos, el aspecto del personaje y de las víctimas.

En su camino por el desierto derrama lágrimas sobre los huesos enterrados al tiempo que transmite secretos y despedidas.

El remate que potencializa el dolor es sin duda certero: el curandero encuentra una muñeca en la grava de las vías del tren. Una niña la ha dejado allí; una niña que probablemente está enterrada en el desierto.

La violencia en Torreón y en el país motivó al autor de 21 años a escribir el relato. Muchas personas han perdido a sus familiares y pienso que el dolor que sienten o la incertidumbre de no saber donde está su familiar desaparecido es algo muy fuerte. Me imagine entonces un personaje que pudiera aliviarles ese dolor, aunque fuera de manera momentánea.

Bonilla Armijo estudia la carrera de derecho. El premio consta de 15 mil pesos y un diploma. De acuerdo con los organizadores, se planea hacer un libro con los cuentos ganadores, excepto el de un año que no se realizó.