Mundo
Ver día anteriorJueves 27 de julio de 2017Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 

Preocupa a la UE el impacto sobre intereses de su miembros

Sanciones de EU abren nueva etapa de conflicto con Rusia

En el Kremlin no creen que Donald Trump ejerza su derecho al veto

Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 27 de julio de 2017, p. 24

Moscú.

El Kremlin no tomará ninguna medida de respuesta hasta que las nuevas sanciones de Estados Unidos contra Rusia –impuestas ayer en Washington por la Cámara de Representantes y cuya aprobación en el Senado se considera cuestión de simple trámite– adquieran carácter de ley al ser promulgada por el presidente Donald Trump.

Así lo hizo saber este miércoles por conducto de su portavoz, Dimitri Peskov, quien calificó de muy lamentables y preocupantes las noticias –es decir, el abrumador respaldo a las nuevas sanciones por legisladores demócratas y republicanos: 419 a favor y sólo tres en contra– que, por la diferencia horaria, se conocieron en Moscú minutos antes de la medianoche del martes.

Las circunstancias hacen que ni los más optimistas operadores políticos del Kremlin crean posible que, una vez que el documento sea ratificado por el Senado, Trump pueda ejercer su derecho al veto, a menos que quiera regalar a sus adversarios un argumento adicional para promover su impeachment o proceso de destitución.

Los políticos cercanos al Kremlin dan por hecho que es irreversible la entrada en vigor de las sanciones. El presidente del Comité de Asuntos Internacionales de la Duma, Leonid Slutski, declaró: Sin duda, estas restricciones ampliadas echan por tierra la posibilidad de restablecer las relaciones entre Rusia y EU, y las complican aún más.

Su antecesor en el cargo en la anterior legislatura y ahora senador, Aleksei Pushkov, también mostró su pesimismo en su cuenta de Twitter: La ley sobre nueva sanciones fue aprobada. Trump, la firmará, con lo cual va a demostrar que es rehén del Congreso y de la histeria antirrusa. Empieza una nueva etapa de confrontación.

El presidente del Comité de Asuntos Internacionales del Consejo de la Federación o Cámara Alta del Parlamento ruso, Konstantín Kosachov, expresó su opinión en Facebook: “…a juzgar por la unánime votación en la Cámara de Representantes, no sólo no habrá mejoría (en la relación bilateral), sino ni siquiera normalización. Peor aún, la degradación de la cooperación se vuelve inevitable, aunque pareciera que ya no puede ser peor. Hay que preparar una reacción no simétrica, pero que resulte sensible para los estadunidenses”.

Otros legisladores y politólogos rusos coinciden en que las nuevas sanciones son muy serias. En apretada síntesis, incluyen fuertes restricciones para las compañías rusas en sectores como el transporte ferroviario, la metalurgia o la minería; se prohíben las inversiones privadas de más de 10 millones de dólares en privatizaciones rusas que reportan ganancias injustas a funcionarios del gobierno ruso, socios o parientes; tampoco se podrá invertir más de 5 millones de dólares en la construcción y operación de óleo y gasoductos rusos. En este sentido, se pone en duda la construcción del gasoducto Nord Stream 2 para llevar el combustible de Rusia a Alemania.

También se cierran las puertas a otros siete grandes proyectos energéticos en que los consorcios rusos Gazprom, Gazprom Neft, Surgutneftegaz, Rosneft y Lukoil poseen más de 33 por ciento de las acciones, y en los cuales participan petroleras como Schell, BP, ENI y más consorcios europeos. La Unión Europea anunció hoy que tomará medidas para defender los intereses de sus miembros.

Se complican las condiciones para otorgar créditos a los bancos y empresas rusas del sector del petróleo y el gas, así como queda proscrito invertir en nuevos proyectos en alta mar, el Ártico y para producir gas de esquisto o lutita.

Pragmáticos –por no decir, cínicos– los legisladores estadunidenses subrayan que las sanciones no deben afectar la coo- peración en materia espacial ni los intereses de la NASA. Ilusos, creen que Rusia va a mantener esos contratos, aunque renunciar a esos millones equivalga a darse un tiro en el pie.