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Tiene gran tradición y varias medallas en Panamericanos y Olímpicos: Loquillo López

Falta más difusión al frontón; lo consideran deporte de vagos, dice ex campeón mundial
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Paola Reyes, pupila de Heriberto López, derrotó ayer a la cubana Ysamari MedinaFoto Yazmín Ortega Cortés
 
Periódico La Jornada
Viernes 21 de julio de 2017, p. a16

El frontón es un deporte de gran tradición en México que ha conseguido diversos logros a escala internacional. No obstante, nunca ha tenido el reconocimiento que merece, ya que por años se ha considerado como un deporte de vagos pese al gran número de medallas que se han consechado, señala el ex campeón mundial Heriberto Loquillo López.

La magia de una pequeña pelota que retumba en un muro atrapó a los mexicanos y adoptaron las diversas modalidades del frontón, pero en años recientes se han descuidado las canchas y el apoyo a los pelotaris.

Fuera de los reflectores, Heriberto es uno de los herederos de una tradición deportiva que permanece en Santiago Tulyehualco, donde sus habitantes tienen las manos tan anchas como si fueran guantes por tanto golpear a la pequeña pelota de goma.

Es raro tener tantas medallas y que no haya el reconocimiento ni la difusión de este deporte. El frontón es uno de las disciplinas con más preseas en Panamericanos y Juegos Olímpicos de exhibición, pero es la que menos difusión tiene, dice el ex pelotari.

Ahora, después de más de 20 años como jugador, experimenta una nueva faceta, la de entrenador. Su primera prueba es dirigir a Mauricio López, Paola Reyes y Fátima Moreno, jóvenes pelotaris mexicanos que disputan en la modalidad de mano el Campeonato del Mundo de Frontball en Tepito.

Es difícil ser entrenador, yo estaba acostumbrado a pegarle a la pelota a disfrutar. Ahora tienes que aguantarte el nervio, no sabes cómo controlarlo, quieres entrar a la cancha, expresa con emoción al revivir los momentos dentro y fuera del terreno de juego.

Javier Marín, ex campeón panamericano, también ha dejado las canchas para compartir sus conocimientos de frontón a las nuevas generaciones. Coincide con Heriberto en que falta difusión de este deporte porque hay mucho talento, pero no se dan muchos recursos.

Marín, conocido como Manos locas, estudió ingeniería eléctrica, pero el gusto por la pelota vasta lo llevó a seguir en el camino del deporte.

Hace falta material para darle seguimiento a las escuelas, porque hemos perdido competitividad dentro de este deporte, ya son muy pocos los jugadores activos, hay poca rivalidad y audiencia, apunta Marín.

Javier y Heriberto se enfocan en aconsejar a sus pupilos, mientras una nueva generación está en la cancha, ellos no pueden dejar de mirar la pequeña pelota que los llenó de tanto júbilo.

Tenemos calidad, pero esperamos que los nuevos jugadores saquen el coraje para que sean guerreros, porque ser potencia en este deporte es ser guerrero. No rendirse, sentencia López al reconocer que pese a la falta de difusión el frontón mexicano puede seguir sorprendiendo.