Toluca, Méx.

Un centenar de ejidatarios de San Mateo Atenco se plantaron ayer en las inmediaciones de la terminal de Zinacantepec y de los accesos a los talleres de mantenimiento del Tren Interurbano México-Toluca, para exigir indemnización por sus tierras, usadas para el proyecto.

De acuerdo con los afectados, alrededor de 10 hectáreas, muchas de ellas de cultivo, fueron usadas para la obra civil, pero GAP, empresa encargada de liberar el derecho de vía, no pagó lo pactado hace cuatro años por más de 100 mil metros cuadrados, donde sembraban maíz.

Sin que hubiera consenso entre los ejidatarios, la empresa llevó maquinaria y hasta las ballenas de concreto del viaducto elevado por donde correrá el tren.

Aunque gran parte de esa superficie ya no está ocupada, las tierras quedaron inservibles para la siembra.

Como la constructora y las autoridades se niegan a atenderlos, los inconformes se instalaron ayer debajo de la terminal de Zinacantepec, donde se tiene programada para este jueves una visita del presidente Enrique Peña Nieto.

Personal de la Subsecretaría de Gobernación estatal ofreció dialogar, pero los ejidatarios insisten en hablar con funcionarios y ejecutivos con capacidad de resolución.