La fiscalía no pudo descubrir al autor intelectual del crimen
Viernes 14 de julio de 2017, p. 22
Moscú.
Aunque la fiscalía, apoyándose en el dictamen del jurado que consideró probada la culpabilidad de los cinco imputados por el asesinato del político opositor Boris Nemtsov –hace dos años y cinco meses–, solicitó que se les condenara a cadena perpetua, el juez sorprendió a todos al dictar sentencia.
Según Yuri Zhitnikov, de la Corte Militar regional de Moscú, ni el sicario ni las personas que participaron en la logística del crimen merecen el máximo castigo que contempla la legislación local desde que Rusia anunció una moratoria sobre la pena de muerte.
Por tanto, Zaur Dadayev, el autor material de los seis balazos que segaron la vida de Nemtsov, recibió 20 años de cárcel y sus cuatro cómplices, diferentes penas que van de 11 a 19 años.
La fiscalía pudo demostrar que los cinco tomaron parte en los preparativos del crimen, se trasladaron a Moscú desde Chechenia, donde servían como combatientes del Batallón Norte –considerado la guardia personal del gobernante checheno, Ramzan Kadyrov–, realizaron labores de vigilancia y seguimiento del político hasta que, el 27 de febrero de 2015, lo asesinaron en uno de los puentes sobre el río Moscova frente al Kremlin.
Nemtsov cayó abatido poco antes de concluir la enésima investigación sobre los aspectos más controvertidos de la gestión del presidente Vladimir Putin, su abierto adversario.
Alguien muy influyente desde Chechenia –no identificado por la fiscalía– quiso quedar bien con el mandatario y ordenó acallar una de las voces más críticas con el Kremlin, poniendo de paso en franco ridículo a los servicios secretos por llevar a cabo el atentado mortal a pocos pasos de la Plaza Roja de Moscú, un sitio que se supone de lo más seguro de la capital. Unos días después el grupo ya estaba entre rejas y un sexto miembro murió cuando iba a ser detenido.
Lo único que no pudo probar la fiscalía es por qué decidieron matarlo y quién dio la orden. La investigación terminó de forma abrupta al desaparecer Ruslan Mujutdinov, chofer de Ruslan Gueremeyev, vicecomandante en jefe del Batallón Norte, inalcanzable para los investigadores. Se supone que Mujutdinov, un personaje realmente menor, prometió 15 millones de rublos al sicario y cómplices por asesinar a Nemtsov, aunque no se sabe de dónde iba a sacar ese dinero ni qué motivo tenía para desear la muerte del político opositor.