La meta es ir por el récord de seis finales y estar en el top ten, afirmó sin temor la entrenadora Adriana Loftus, en la exhibición que ofreció ayer el dueto olímpico de Nuria Diosdado y Karem Achach y el equipo de nado sincronizado en su despedida rumbo al Mundial que iniciará el próximo viernes en Budapest.

Las seleccionadas están convencidas de hacer un buen papel presentando las seis rutinas en las diferentes modalidades en las que competirán y con algunas modificaciones, porque no es un equipo novato, pues de las 12 integrantes, seis de ellas compitieron en el Mundial de Kazán 2015 y los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, dijo Diosdado.

La jalisciense, baluarte de la selección tricolor, apuntó que la diferencia que se marcará en el certamen húngaro es el colmillo de la entrenadora, pues además de que presentarán las mismas rutinas con las que compitieron en Brasil, en esta ocasión la rutina técnica será lo novedoso.

Para Loftus habría sido imposible montar una coreografía en esta ocasión por el corto tiempo que se tuvo entre la justa olímpica y el mundial. Las rutinas que se harán en solo, dueto, equipo (libre y técnico) y combo serán con la vestimenta con la que compitieron en Río y sin música mexicana.

“Vamos a dejar bien a México en Budapest. En el Mundial de Kazán estuvimos en cinco finales, ahora queremos estar en las seis para ubicarnos en el top ten por equipos y en dueto un octavo (sitio)”, estima la experimentada entrenadora.

Loftus hace una pequeña mueca y sus ojos verdes se abren más ante el reproche que ha escuchado de algunas personas que le dicen que para qué van al Mundial si el nado sincronizado no gana medallas. Nosotros escalamos peldaños en un deporte de apreciación y subjetivo. Antes ni pasábamos a las finales y México ha crecido; fue el único país en Río que dio un salto tan importante: quedamos en el lugar 11 en Río y en Budapest esperamos llegar a los 88 puntos y ser octavos.

Ni la fractura en el dedo pulgar derecho que tiene enyesado le impide hacer su rutina a la solista Joana Jiménez. El machucón fue hace unas semanas por un portazo del carro. No importa, vamos motivadas, comenta.

El México, México, México se escuchó varias veces en el pabellón acuático del Centro Nacional de Talento Deportivo y Alto Rendimiento (CNAR) en la cálida despedida que le dieron ayer al equipo de primera fuerza que va al Mundial y el júnior que también se alista para el Panamericano de la especialidad en Santiago de Chile, el próximo mes.

Con sus vistosos y coloridos trajes de baño presentaron sus coreografías con música que iba de lo sentimental (solos) hasta la música de Mamma Mia! y Vaselina, en los dos equipos, las mayores y las menorcitas, aunque estas últimas sorprendían por su estatura como la solista Ana Paula Martínez, la más alta de todas, que va a la conquista del título individual y por equipos en la cita sudamericana.