El músico Alfonso André se ha distinguido por su calidad como músico y su participación en diversos grupos que han marcado la historia del rock en español: Las Insólitas Imágenes de Aurora, La Suciedad de las Sirvientas Puercas, Caifanes, Jaguares y La Barranca, entre otros, pero también ha mostrado su karma musical con su trabajo en solitario.

Cerro del aire (2011) fue el debut del baterista, y ahora lanza su segundo álbum, de título Mar rojo, que incluye 12 cortes personales, introspectivos, que manufacturó a partir del personaje mitológico Ícaro, quien con sus alas de cera desobedece a su padre y vuela cerca del Sol y cae al mar, tiñéndolo con su sangre.

André menciona: “Este personaje comenzó a aparecer en varias canciones y se volvió un hilo conductor; además es muy humano y habla mucho del ego y del querer alcanzar algo más.

Decidí titular así el álbum porque un mar rojo es una imagen muy fuerte, y desafortunadamente vivimos en un país teñido de sangre. Pensé que esa imagen tenía que ver con la realidad que vivimos en México.

Aunque André considera que “los músicos nos somos nadie para estar mandando mensajes a la gente sobre lo que tiene que pensar o cómo reaccionar, pero la realidad sí nos toca al momento de hacer música y sale de manera inconsciente, y muchas veces sólo la tienes que dejar fluir.

Todo arte verdadero refleja lo que sucede en el momento histórico que le toca vivir al artista, porque ellos son los más sensibles a las atrocidades que pasan a su alrededor, y a la hora de hacer su trabajo esa realidad se cuela a veces de manera no explícita o cubre esa realidad con un velo, pero siempre está contenida.

Aunque remarca que no trata de dar un mensaje a nadie, no es mi objetivo. Los temas que se abordan en el disco son simplemente una manifestación de lo que veo, de lo que siento; en general de lo que nos toca vivir en el mundo en estos momentos.

Sobre la acción de la desobediencia y lo que ha significado en él como músico, dice: El rock por naturaleza es desobediente, no sigue las reglas e intenta romperlas. El rock es música promiscua, que es lo que lo ha mantenido vivo a través del tiempo. La desobediencia del rock ha hecho que se mezcle con otros géneros para mantenerse vivo y reinventarse. Me parece que Ícaro tiene mucho de humano, de querer llegar siempre más arriba y atrapar algo que está fuera de su alcance.

Alfonso André admite que los grupos en los que participa no desembocan en Mar rojo, sino que siguen estando en paralelo. Con Caifanes seguimos de gira todo este año; esa parte como baterista es algo que jamás podría dejar. Este es un nuevo camino, apenas llevo dos discos, pero es algo que me ha nutrido mucho y seguro lo seguiré haciendo; esta etapa junto con las paralelas me complementa como persona y músico.

Con estos materiales continúa una interesante etapa en su carrera, toda vez que por muchos años se desarrolló en la escena musical como baterista. “Siempre me gustó cantar, me la paso haciéndolo y cada vez me siento más cómodo con la posición de delantero; lo disfruto mucho… ha sido muy enriquecedor, me ha enseñado mucho de mí mismo. Me atreví a vencer una serie de miedos, porque yo soy muy reservado e introvertido, contrario a la personalidad de la mayoría de los cantantes”.

Los músicos que acompañan a Alfonso en esta nueva placa son Federico Fong, Chema Arreola, Lari Ruiz-Velasco y Javier Calderón. Para este proyecto, Fong y Arreola colaboraron con André en la composición y arreglo de los temas.

Hay una melodía de José Manuel Aguilera y una del panameño Javier Medina, así como una colaboración con el tecladista de Caifanes Diego Herrera.

Mar rojo se grabó en el estudio El Submarino del Aire, en la Ciudad de México. El actual sencillo que se desprende de este álbum se titula Puedes dejarme atrás y para documentar los datos de miscelánea del músico: “Mi afición por golpear cosas comenzó a muy temprana edad. Solía desparramar todos mis juguetes por el suelo para después aporrearlos con un par de ganchos de ropa, mientras oía un casete con mis rolas preferidas”.