La Auditoría Superior de la Federación (ASF) advierte sobre el bajo nivel de colocación que se desprende de las evaluaciones derivadas de la reforma educativa: de los 122 mil 731 sustentantes examinados para ingresar al servicio profesional docente en educación básica, 57 por ciento (70 mil 799) fue calificado de idóneo; sin embargo, sólo 25 mil 326 (35 por ciento) ocupó una de las plazas disponibles.

La situación en las promociones de quienes ya integran el servicio profesional no es muy diferente, pues de los 38 mil 388 que aplicaron, 53 por ciento (20 mil 654) alcanzó la calificación de idóneo, pero de éstos solamente 5 mil 356 (25 por ciento) ocupó una de las plazas disponibles, y el restante 75 por ciento no encontró opciones de promoción.

No sólo eso. El reporte de la ASF añade que en cuanto a la evaluación de los docentes que trabajan en el sector privado se carece de regulación que defina los tramos de responsabilidad de cada autoridad (Secretaría de Educación Pública, autoridades locales de ésta e Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación) que participan en el proceso de evaluación docente en estas instituciones.

Ausencia de metodología

En la auditoría de desempeño realizada al Inee, así como a las evaluaciones de la calidad de la educación básica, el instituto no contó con una metodología ni un programa para articular y analizar las evaluaciones de los componentes del sistema educativo nacional; debido a ello, no efectuó una evaluación integral, por lo que sólo emitió los resultados de cada componente. En razón de esto, no es posible identificar en qué medida los resultados de un componente producen algún efecto en el resto, ni cómo éstos, a su vez, pueden ser interpretados conjuntamente.

Elaborada como parte de las auditorías correspondientes a la revisión de la cuenta pública 2016, la ASF asegura que en el Programa de Mediano Plazo del Sistema Nacional de Evaluación Educativa 2016-2020 no se establecieron medidas para analizar los resultados de las evaluaciones de los componentes del sistema de forma integral, con el fin de conocer realmente la forma en que las diferentes evaluaciones contribuyen a la mejora de la calidad de enseñanza.

Asimismo, la auditoría subraya que el Inee no estableció la utilidad que tendrían los resultados de estas evaluaciones para la toma de decisiones de las autoridades educativas federal y local para incrementar la calidad de la educación. Tampoco lo hizo para definir cómo los proyectos de evaluación desarrollados servirán de base para la emisión de directrices que sean relevantes para contribuir a los objetivos de incrementar los niveles educativos.

La ASF también refiere que de los 32 estados, sólo 10 ocuparon los resultados de las evaluaciones, de las cuales únicamente –Baja California Sur, Colima, Tlaxcala y Zacatecas– presentaron planes de mejora para implementar estrategias orientadas a mejorar el aprendizaje; mientras que en seis, Campeche, Guanajuato, Nuevo León, Puebla, San Luis Potosí y Veracruz, se enfocaron en analizar los resultados para su uso.

Por ello, la ASF concluye que a 2016, el Sistema Nacional de Evaluación Educativa, definido como un conjunto articulado de instituciones, procesos, instrumentos y acciones, continuó en fase de implementación.