Segundo trimestre: mal inicio
Inflación magulla al comercio
Crédito: morosidad creciente
arece que el cántico oficial por la marcha razonablemente buena
de la economía mexicana (José Antonio Meade dixit, más los corifeos que lo acompañan) no aguantó ni el primer acto del vodevil. Las cifras más recientes indican que el inicio del segundo trimestre del año no resultó tan favorable como había ocurrido en periodos anteriores
, pues arrancó con un comportamiento negativo.
En su reporte semanal, del que se toman los siguientes pasajes, el Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN) del Tecnológico de Monterrey, campus estado de México, advierte que si bien las exportaciones totales han exhibido una recuperación importante durante los primeros cinco meses de 2017, el principal motor de crecimiento continúa siendo el sector de los servicios, específicamente las actividades comerciales apoyadas por el consumo interno. Sin embargo, la evolución del consumo podría deteriorarse en los meses por venir debido a los niveles inflacionarios actuales y al incremento en las tasas de interés.
Durante abril pasado el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) de nuestro país registró una caída anualizada de 0.7 por ciento, medida con cifras originales. Tal comportamiento ocurrió debido a que las actividades secundarias (-4.4 por ciento) y las primarias (-0.2) se ubicaron en terreno negativo, de tal forma que el crecimiento de las terciarias (1.4) resultó insuficiente para compensar las caídas mencionadas.
Dentro del sector terciario, el comercio ha sido la actividad de mayor impulso. No obstante, en meses recientes su desempeño se ha deteriorado, particularmente el comercio al por mayor, que en abril pasado registró un crecimiento anual moderado de apenas 0.4 por ciento, además de que su tendencia ya presenta una trayectoria a la baja. De hecho, la tasa de variación del IGAE del comercio durante el cuarto mes de 2017 registró una caída de 1.9 por ciento con respecto al mismo mes del año pasado.
El índice general del comercio al por mayor exhibió una trayectoria negativa. De hecho solamente el rubro de los textiles mostró un comportamiento positivo, en tanto que las materias primas y el vestido y esparcimiento dieron señales de estancamiento. Por su parte, el resto de los componentes del comercio al por mayor registraron movimientos a la baja en sus tendencias. De esta forma, luce probable durante los próximos meses el ritmo de crecimiento del comercio al por mayor se vea disminuido, al menos durante el corto plazo.
Al analizar la información por entidad federativa se observa que 23 entidades del país presentaron cifras desfavorables. Las caídas más prominentes ocurrieron en Durango (-18.5 por ciento), Guerrero (-16) y Jalisco (-12.4). En contraste, de los nueve estados restantes, San Luis Potosí (12.3), Michoacán (11.2) y Zacatecas (7.4) fueron los que alcanzaron los incrementos más significativos del periodo. El desempeño de Sinaloa (0.7) y Veracruz (0.1) fue apenas marginal.
En lo que respecta a las tendencias, el IGAE presenta un comportamiento estancado debido a que solamente la trayectoria de la tendencia de las actividades terciarias se encuentra al alza. Por su parte, el sector primario y el sector secundario exhiben movimientos a la baja en sus respectivas tendencias. Adicionalmente, el comportamiento en los ciclos no luce favorecedor, ya que todas las actividades, incluidas el IGAE total, muestran trayectorias descendentes que se ubican por debajo de la tendencia de largo plazo, con la excepción de la correspondiente a las actividades terciarias que se encuentra ligeramente por arriba del potencial. Dicho comportamiento sugiere que la actividad económica de nuestro país podría registrar un menor ritmo de crecimiento en comparación con lo observado durante el primer trimestre del año en curso.
Sin duda el incremento en el nivel de precios ha sido uno de los factores que ha mermado la evolución de la actividad comercial. La liberalización del precio de las gasolinas en enero pasado ha contribuido a que la inflación alcanzara su nivel más alto en ocho años, 6.3 por ciento durante la primera quincena de junio, luego de que en diciembre pasado la cifra era de 3.4, prácticamente la mitad. Aunque se prevé que para finales de 2018 la inflación se ubique nuevamente dentro de la meta del Banco de México, durante lo que resta del año en curso el incremento en el nivel de precios podría permanecer ligeramente por encima de 6 por ciento.
Como medida de contención ante los incrementos inflacionarios, la semana pasada el Banco de México incrementó en 25 puntos base la tasa de interés de referencia. Si bien dicha medida puede contener el ritmo de crecimiento de la inflación, también puede limitar la expansión en el otorgamiento de créditos (11.1 por ciento anual en abril pasado), factor que ha contribuido en la evolución favorable del consumo privado.
Por otro lado, las exportaciones totales han mostrado una súbita recuperación en lo que va del año. Los envíos no petroleros, que conforman 95 por ciento del total de productos que se venden al extranjero, exhibieron un incremento de 9 por ciento durante los primeros cinco meses de 2017 con respecto al mismo periodo del año pasado. No obstante, debido a la alta dependencia de insumos foráneos por parte de las cadenas de producción, las importaciones totales aumentaron 7.4 por ciento en el mismo periodo, impulsadas por el incremento de 7.9 por ciento en las importaciones de bienes intermedios, categoría que equivale a 77 por ciento del total de los productos adquiridos en el extranjero.
Ante resultados más favorables en la economía de Estados Unidos, la demanda por los productos manufacturados mexicanos se incrementaría de manera importante, manteniendo el crecimiento observado en las exportaciones totales. A pesar de que continúan latentes los efectos adversos en torno a la negociación comercial con nuestro vecino del norte (el Tratado de Libre Comercio de América del Norte), uno de los retos que cobran relevancia en el corto plazo es el incremento inflacionario provocado por los aumentos en los precios de los combustibles y la depreciación acumulada que sufrió el peso durante los dos años anteriores.
Las rebanadas del pastel:
El Banco de México supone que con el aumento a las tasas de interés logrará amainar
el incremento inflacionario. De tiempo atrás lo dice, pero en los hechos el efecto inmediato no ha sido en el nivel de precios, sino en el índice de morosidad de los usuarios de crédito, especialmente aquellos social y económicamente menos favorecidos
(eufemismo neoliberal por los más jodidos
).