Las exigencias que todavía la sociedad demanda a un hombre, como ser valiente, fuerte, proveedor y esconder sus sentimientos, tienen efectos en su salud emocional, los limitan o los pueden orillar a realizar acciones arriesgadas.

El estudio La caja de las masculinidades, realizado por Unilever y Promundo, concluyó lo anterior y mostró que al menos 57 por ciento de los participantes dijeron que en algún momento se les ha indicado cómo deben comportarse.

La investigación se realizó con 3 mil 500 hombres de entre 18 y 30 años de Estados Unidos, Reino Unido y México.

En cuanto a los resultados que presentó sobre México, se señala que las normas e ideales sobre la masculinidad son complejas y muchos hombres sostienen puntos de vista contradictorios sobre éstas.

De igual manera, salir de la caja de masculindades no es fácil. No es algo que los jóvenes puedan hacer por su propia cuenta, por lo que se sugiere que tanto padres, maestros, medios de comunicación y relaciones personales necesitan ser parte de este proceso.

Los especialistas coinciden en que la transición hacia una masculinidad alejada de esos parámetros tiene consecuencias como sufrir acoso de amigos y familia.

Ena Eréndira Niño Calixto, del programa de sexualidad humana de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), dijo que el transitar del polo de la masculinidad tradicional a la innovadora tiene costos a nivel personal para los hombres, sobre todo el relacionado con perder el privilegio. El trato que se le da a alguien al que hay que servir.

A nivel social, mencionó, está la crítica y la demanda de otros hombres, pues todavía no se concibe como un cambio que se toma por decisión propia, se ve como que te están mandando, te obligan y están siendo violentado.

Mauro Antonio Vargas Urías, director de Género y Desarrollo, indicó que desde que se empezó a cuestionar la masculinidad tradicional, se satanizó con frases muy duras. Lo mínimo que te dicen es que eres traidor a lo que significa ser hombre y seguramente porque soy medio gay o porque eres muy mandilón o un dejado.

No obstante, dijo, continuar con esto de ser muy macho te limita y entonces no aprendes a experimentar el dolor o la tristeza, que te lleva a transformarlos siempre en coraje, en ira y desde ahí muchas veces acompañar este sentimiento con violencia física, emocional o verbal”.