La artista Martha Chapa agradeció a los que han tenido fe en sus aventuras estéticas, ya en el aniversario 50 de pintar paraísos con, desde y para ustedes, algo entrañable, expresó en el homenaje que este jueves le rindió la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), en la Casa Rafael Galván.

En el lugar, la pintora recibió un reconocimiento de manos de Salvador Vega y León, rector general de la UAM, que fue atestiguado por la escritora Beatriz Espejo, Alejandro Ordorica Saavedra y Leoncio Lara.

Ese acto en honor de Martha Chapa (Monterrey, 1946) se inscribe en su exposición Trazos de corazón: 70 años de vida y 50 de pintar paraísos, que desde el pasado mayo aloja la Galería Manuel Felguérez de la UAM (Prolongación Canal de Miramontes 3885, colonia Ex Hacienda de San Juan de Dios).

Entre aplausos, la homenajeada dijo: Me siento muy dichosa, pero también comprometida. El hecho de que crean en mi trabajo, mis aventuras y cada exposición a la que me convocan, cada reconocimiento me va comprometiendo más y más.

Añadió que el adjetivo del universo: la manzana significa que viene de su angustia de muchachita. Pintar una manzana es imponerle a la imaginación ese difícil nombre del recuerdo, la tarea de convocar un caudal de perfumes, texturas, olores, que llegan hasta ella desde los múltiples jardines trazados por los mitos de los hombres; es recuperar súbitamente el verde paraíso pletórico de bestias inocentes que bajan a beber el agua mansa.

Reconocimiento a los ancestros

Luego de celebrar con los asistentes por sus 50 años de trabajo, Martha Chapa dijo que es momento de reconocer a sus ancestros y a todos los seres que han tenido fe en mis aventuras estéticas. Me permito reforzar el respeto a quienes encauzaron mis sueños.

Y concluyó: Mientras tenga aliento trataré de ser creativa, intensa, para cumplir con la meta trazada y con el reto del destino y espero que pasen todavía muchos años. Gracias por ser mis amigos.

Como parte de su intervención, Beatriz Espejo realizó una breve entrevista a la artista y le preguntó en torno a los personajes que la han marcado, su inicio en la pintura y su estilo personal. Chapa refirió anécdotas sobre Guadalupe Marín, David Alfaro Siqueiros, José Luis Cuevas, Olga y Rufino Tamayo, José Gómez-Sicre, el formador de la pintura latinoamericana, y Salvador Elizondo.

La pintora relató que cuando Siqueiros vio su obra, le dijo: Me gusta. Láncese a otro realismo. No acababa de entenderlo entonces y ahora comprendí que él quería un realismo más mío, donde hubiera más libertad.