En Puerto Rico una media de 14 familias pierden sus casas a diario por ejecuciones hipotecarias, más del doble que hace una década, mientras la isla afronta una crisis inmobiliaria peor que la provocó la Gran Recesión en Estados Unidos. Elvis Guzmán abrió la carta, vio que estaba en inglés y la llevó a su abogado. Creyó que era otra carta del banco advirtiendo del atraso en el pago de hipoteca. Este vendedor de metal reciclado de 59 años creyó que era una misiva más. Pero la noticia que le dio el abogado lo sorprendió. Me dijo que estaba perdiendo mi casa. Cuando él me dijo eso, yo estallé en llanto, recordó Guzmán. Usted no se imagina la depresión que yo he tenido. Yo voy a pelear con uña y diente mi casa. Familias de todo el país se mudan con sus parientes, se quedan en la calle o simplemente huyen al continente con sus registros de crédito destrozados mientras el gobierno de la isla lucha por restructurar una parte de su deuda pública de 73 mil millones de dólares y por sacar a la economía de una recesión que dura ya una década.