Considerado uno de los compositores mexicanos más destacados, Eduardo Gamboa (1960) se define como un autor completamente libre, a partir de que su universo sonoro está determinado por los mundos académico y popular.

No tengo prejuicios y hago lo que se me da la gana; soy bastante versátil, algo que la música para el cine y la publicidad refuerzan, expresó la noche del martes durante la sesión de escucha guiada que la Fonoteca Nacional dedicó a su obra.

El acto De la música de concierto a las bandas sonoras para cine sirvió para que el músico nacido en Cuba, de padres mexicanos, compartiera su trabajo y explicara los pilares de su inspiración.

Con el especialista Theo Hernández, de moderador, en la charla Eduardo Gamboa reconoció la importancia de su maestro el compositor Joaquín Gutiérrez Heras (1927-2012) para el desarrollo de su voz y personalidad musical, pues a él debe carecer prejuicios para abrevar en las músicas popular y académica.

Calificó de positivo que en la composición mexicana contemporánea esté desapareciendo la cerrazón hacia los géneros populares y cada vez más autores se apoyen o inspiren en ellos para crear, como en Cuba y Venezuela, donde, nunca ha existido ese desdén.

Gamboa dijo que su incursión en la creación musical se dio en el cine y la publicidad, y que el salto hacia la música de concierto se lo debe a su amigo el flautista Tadeu Coelho, quien le encargó su primera pieza en esta vertiente.

Vivir de la música

Eduardo Gamboa compartió que, además de las músicas popular y académica, otra de sus fuentes de inspiración es su esposa, y se definió como un compositor privilegiado, pues durante 31 años ha podido vivir exclusivamente de este trabajo aunque, aclaró, es algo que debe a la música para cine.

Fueron 12 fragmentos que el autor compartió de su quehacer, en los que lo mismo hubo ejemplos de su obra para ensambles de diversas dotaciones, así como de música para orquesta, vertientes en las que se ha valido del son cubano y el veracruzano, la habanera, el jazz y el tango hasta del bambuco y la clave yucatecos, el jarabe y el mambo.

De igual manera, proyectó cuatro breves fragmentos de la música incidental que escribió para la película El mural (coproducción Argentina-México), de Héctor Olivera, basada en la pieza titulada Ejercicio plástico que David Alfaro Siqueiros creada en 1933 en una fastuosa residencia en el país sudamericano.

A pregunta de Theo Hernández, Gamboa dijo que siempre se ha ocupado por grabar todas sus obras de concierto y procura que esto sea con los estándares más altos de calidad, por lo cual ha buscado que sea con los mejores músicos y en el mejor recinto, la Sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario de la UNAM.

Desde hace dos años es prácticamente imposible conseguir espacio en la Neza y he tenido que grabar en Europa del este. Ya es imposible en la Neza porque la Orquesta de Minería, que antes sólo tenía una temporada en verano, ahora hace allí conciertos casi todo el año, lo mismo que la Orquesta Juvenil Eduardo Mata, precisó.

El autor adelantó que trabaja en dos álbumes dobles que lanzará a finales de año. El primero está dedicado a su obra de cámara y el segundo a la de orquesta.

También ultima detalles de su página web, en la que muy pronto se podrán escuchar y bajar las grabaciones de sus obras, además de que pondrá a disposición, también de forma gratuita, sus partituras de música de cámara.