Alumnos y creadores asistieron al acto in memoriam efectuado en el MAM
desafíopara artistas e instituciones
Deben impulsar el desarrollo de las voces jóvenes que protagonizarán la reflexión y fundamentar los diálogos sobre los nuevos derroteros del arte, expresó Lydia Camacho, titular del INBA
Jueves 22 de junio de 2017, p. 5
A la crítica de arte, investigadora y articulista de La Jornada Teresa del Conde (1935-2017), quien falleció el pasado 16 de febrero, se le rindió un homenaje la noche del martes en el Museo de Arte Moderno (MAM).
Ese acto in memoriam fue organizado por tres instituciones a las que Del Conde estuvo vinculada: el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), por conducto del Instituto de Investigaciones Estéticas (IIE) y como docente, y la Academia de Artes.
Como el INBA fue su segunda casa, se eligió el MAM, mueseo que dirigió casi una década; la planta alta de la galería se llenó de público, integrado por alumnos y artistas, como Manuel Felguérez, Yvonne Domenge, Alberto y Francisco Castro Leñero, Tomás Parra, Paloma Torres, Arturo Rodríguez Döring, Nunik Sauret y Moro. También acudieron los cuatro hijos de la homenajeada y sus seis nietos.
En representación de la Secretaría de Cultura federal, Lydia Camacho, titular del INBA dijo que Del Conde, ante todo, aportó con generosidad sus luces y su particular enfoque al alcance de especialistas y neófitos para abonar al conocimiento y la apreciación estética
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La funcionaria, quien fue discípula de la homenajeada, explicó que las comunidades artísticas, académicas y las instituciones de cultura tenemos el desafío de continuar el legado de Del Conde, e impulsar el desarrollo de las voces jóvenes que habrán de protagonizar la reflexión y fundamentar los diálogos sobre los nuevos derroteros del arte
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Inteligencia y generosidad
Louise Noelle, secretaria académica de la Academia de Artes, habló de la relevante labor de Del Conde en torno al arte y su comprensión. Graciela de la Torre, directora de Artes Visuales de la UNAM, y responsable del Museo Universitario Arte Contemporáneo, recordó que la homenajeada fue, en el INBA, un jefe incuestionable y respetable, no sólo por su jerarquía sino por su inteligencia y generosidad
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En la mesa moderada por Magdalena Zavala, coordinadora nacional de Artes Visuales del INBA, Sylvia Navarrete, directora del MAM, habló de las pasiones excelentes de Teresa del Conde
, a quien definió como excéntrica, refinada, sin pelos en la lengua
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Manuel Marín tituló su intervención Tere, amor al límite
, escrita en parte a manera de carta en la que aseguró: Tu primer amor fue lo artístico más que el arte; el segundo, se detuvo asombrado en los comportamientos límites más que en la sicología, mientras que el tercero fue de una historia teológica que comprometida en la sucesión de estados límites encarnaba tanto el sueño como la locura, tanto los olvidos como el arte
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Agustín Arteaga, a quien Del Conde dirigió sus tesis de maestría y doctorado, habló de “ese ser complejo y generoso, cuya crítica era respetada y hasta temida, no tanto como la de Raquelito, como ella llamaba a Tibol. El director del Museo de Arte de Dallas leyó varias citas de las innumerables cartas que él y Del Conde intercambiaron. No pudo evitar derramar una lágrima.
El mensaje final estuvo a cargo de Arturo del Alba, esposo de Tessa, hija de Del Conde, quien afirmó: “Como demuestran sus libros, casi 30 años de articulista en La Jornada y tantos semestres en las aulas, Tere siempre se mantuvo al tanto del acontecer del mundo, lo entendía y tenía algo que decir. Amó el arte que persiste y a quienes lo hacen. Aprendió, tomó riesgos, opinó y vivió la vida”.