Alivio republicano por el triunfo de Karen Handel sobre el demócrata Jon Ossoff
Gastan 55 mdd en la contienda local más cara en la historia para un lugar en la cámara baja
Miércoles 21 de junio de 2017, p. 27
Nueva York.
Toda la atención de la clase política nacional se volcó en una elección especial para representante federal en un suburbio bajo control republicano de Atlanta que se volvió un referendo sobre Donald Trump, y las consecuencias de los escándalos alrededor del presidente novato más impopular de este país.
Lo que estaba en juego para ambos partidos convirtió esta contienda en la más cara de la historia para una curul en la Cámara de Representantes, con un gasto total de aproximadamente 55 millones de dólares, y gran parte de los fondos provinieron de fuera del distrito, ya que esta batalla local alcanzó repercusiones nacionales.
La elección especial para sustituir al representante republicano Tom Price –quien dejó vacante el puesto al ser nombrado secretario de Salud en el gabinete de Trump– entre el novato político demócrata Jon Ossoff, de 30 años, y la republicana conservadora Karen Handel fue una disputa por una curul que ha permanecido en manos republicanas por casi 40 años. De hecho, el distrito no estaba en juego, ni mucho menos en riesgo, hasta que llegó Trump a la Casa Blanca.
Los suspiros de alivio en Washington y en el liderazgo legislativo republicano en el Capitolio se escucharon hasta Georgia cuando Handel ganó la elección, pero la vulnerabilidad de esta curul en lo que antes era considerado territorio firme en manos republicanas provocó escalofrío entre los que celebraron un triunfo que, antes de Trump, hubiera sido noticia muy local y sin ninguna implicación.
La contienda fue considerada tan preocupante para los republicanos que el propio presidente, el secretario y ex representante Price, así como el ex gobernador de Georgia, ahora secretario de Agricultura, Sonny Perdue, se vieron obligados a expresar su apoyo a la republicana y esta mañana Trump envió un tuit para apremiar a los votantes del distrito a votar por ella.
Los demócratas apostaron que la baja popularidad de Trump lograría darles un triunfo importante en un distrito considerado seguro
para los republicanos durante décadas, y por ello la estrategia era convertir esta elección local en una campaña contra Trump. Pero Ossoff optó por tratar de atraer un poco del voto republicano moderado, y rechazó sumarse al ala progresista de Bernie Sanders en el partido.
Aunque el índice de rechazo nacional a las políticas y al comportamiento de Trump han nutrido el terreno electoral para los demócratas, aún no han logrado traducir eso en triunfos electorales. En dos elecciones especiales previas para representantes federales en Kansas y Montana, fracasaron –como fue el caso esta noche– en convertir el repudio a Trump en triunfos para ellos.
Para los republicanos, cuya candidata evitó mencionar mucho a Trump en su campaña, el susto era palpable. Y aunque pueden cantar victoria, el resultado, aunque bienvenido, sigue generando preocupación de que su líder en Washington continúa poniendo en jaque a políticos republicanos.
Más aún, esta elección fue percibida por ambas cúpulas como un augurio de las elecciones legislativas de 2018, donde los demócratas necesitan conquistar por lo menos 24 curules en manos republicanas para retomar la mayoría en la Cámara de Representantes, con lo cual podrían descarrilar la agenda de Trump. Todos estarán estudiando las lecciones de esta contienda en ese contexto.
En Washington
La nube de una presidencia sometida a investigación sigue deprimiendo el apoyo popular; una encuesta de CBS News registra hoy el índice más bajo de aprobación de Trump en sus sondeos desde que llegó a la Casa Blanca: 36 por ciento. Pero aún más alarmante es la reducción –de 11 puntos desde abril– de aprobación de su presidente entre los republicanos.
En torno al tema de la investigación encabezada por el fiscal especial Robert Mueller, 81 por ciento opina que el presidente no debería tratar de frenarla (después de que se especuló que lo estaba contemplando). Y la credibilidad de Trump sobre este asunto sigue sufriendo, con una creciente mayoría que sospecha que miembros de la campaña de Trump probablemente tuvieron contactos indebidos con funcionarios rusos.
Por su parte, el procurador general de la nación –el fiscal supremo del gobierno– aparentemente considera que necesita un abogado personal para protegerse, y contrató a Charles Cooper. Aunque éste no comentó sobre cómo y en qué representará a Jeff Sessions, se supone que algo tiene que ver con la investigación rusa.
Mientras tanto, el lunes se reveló otro desastre cibernético que comprobó la falta de privacidad en este país. Información detallada de casi todo votante en Estados Unidos fue expuesta durante 12 días en Internet por un error de una empresa contratista que trabaja para el Partido Republlcano. Con ello eran accesibles el voto, las tendencias políticas y a veces la etnia, religión y opiniones de unos 198 millones de votantes. Críticos, más allá de deplorar el grave error de dejar expuesta tanta información, denunciaron que esto muestra que, en efecto, existen fichas políticas
sobre millones de individuos, reportó el Washington Post.