El representante en México de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), Mark Manly, y Helmut Schwarzer, de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), presentaron el estudio denominado Refugiados en México: de la respuesta humanitaria a la integridad laboral, en el que destacaron que 42.2 por ciento de los refugiados en el país trabaja actualmente y de ellos ‘‘89.5 por ciento no tiene contrato por escrito’’.

En la conferencia, Manly dijo: la estadística del año anterior revela que en México ‘‘hemos visto un aumento de más de mil por ciento en las solicitudes de refugio de 2011 a 2016’’. En lo que va del año la tendencia se mantiene, pero la respuesta a esta población no puede ser sólo la humanitaria, hay que integrarlos al país.

En el documento presentado ayer en el contexto de la conmemoración del Día Mundial del Refugiado, que se celebra este 20 de junio, Acnur y OIT se refirieron a la situación de los refugiados en México. Resaltaron que 61.2 por ciento tiene entre 22 y 45 años; 25.6, entre 15 y 24; 31.1 cuenta con estudios de preparatoria, y 45.9 por ciento tienen al menos un año de educación básica.

En el diagnóstico, presentado en las oficinas de la ONU en Ciudad de México, Manly y Schwarzer destacaron que 47.1 por ciento de la población refugiada en México experimentó una pérdida de estatus laboral; otro 47.1 logró mantenerla, y sólo 5.9 por ciento de los refugiados mejoró su situación.

Manly precisó que hasta diciembre de 2016, según cifras de la Secretaría de Gobernación, en el país había 6 mil 202 refugiados, ‘‘una cifra muy baja para este país que tiene capacidad de recibir a muchos más’’. Recordaron en la presentación del informe la tradición mexicana de otorgar asilo y refirieron los casos de los refugiados españoles, los de Chile y Argentina, así como los de Guatemala. México, se dijo en la conferencia, debe recobrar su tradición de asilo.

De la población de refugiados que actualmente trabaja, 42.2 por ciento del total (6 mil 202), 89.5 por ciento no tiene contrato por escrito y 42.2 se encuentra en busca de empleo. En total, 68 por ciento de los refugiados, hombres y mujeres, trabaja.

Schwarzer ejemplificó el perfil ocupacional de refugiados y solicitantes de asilo en Chiapas y Ciudad de México: 70 por ciento de los hombres trabaja y casi 100 por ciento de las mujeres; 10 por ciento de hombres labora en servicios personales y de vigilancia; 18 son trabajadores agrícolas y casi 75 por ciento de los varones se dedica a la venta ambulante, trabajo de limpieza doméstica, mesero, limpieza general, carga de almacenes, ayudante de mecánica, entre otros, en el caso de Chiapas. Por lo que hace a Ciudad de México las cifras son similares.

Manly resaltó que en la presentación del Informe Global de Refugiados se detectó que ‘‘las noticias no son alentadoras. Cada vez existe más la violencia, los conflictos armados y las violaciones de los derechos humanos están causando el desplazamiento de números muy importantes de personas. Para este año tenemos 65.6 millones en desplazamiento forzado dentro de sus propios países o que han sido obligados a salir.