El público no manda ni siempre tiene la razón. Contra las creencias del prestador de servicios convencional, el monarca supergallo del Consejo Mundial de Boxeo, Miguel Berchelt, plantea con convicción sobre un oficio siempre al borde del riesgo.

El público no manda, sé que paga un boleto por ver un buen espectáculo y uno sube con toda la disposición de dárselo, explica Berchelt; a veces quieren ver sangre y si no la ven reclaman decepcionados, pero uno no puede exponerse de más para darles gusto.

Lo dice un campeón genuino que arrebató el cinturón a Francisco Bandido Vargas, un peleador valiente que no titubea en subir al cuadrilátero a inmolarse con tal de salir victorioso. Berchelt lo atizó con astucia y contundencia, lo cortó de manera muy dramática con los golpes y se llevó el triunfo por nocaut, como la mayoría de sus triunfos.

“Demostré que ante todo soy boxeador, pero que si es necesario fajarme, lo hago sin miedo; ahí está la prueba con el Bandido”, aclara; “pero no se puede vivir guerra tras guerra, te acabas si vives así tu oficio, como el Bandido, quien se ha consumido en tres peleas sangrientas consecutivas, con Takashi Miura, Orlando Salido y conmigo; no puedo seguir ese camino, porque me pasaría lo mismo que a él. Creo que no lo cuidaron”.

Berchelt se prepara para defender por primera vez su título, el 15 de julio en California, ante el japonés Miura, zurdo con vocación de kamikaze que nunca da un paso atrás ni deja de lanzar golpes violentos. El mexicano lo conoce muy bien, fue a quien le quitó el cinturón el Bandido, pero está resuelto a conservar su campeonato.

Cuidar la salud para extender la vida útil del boxeador es un tema que no suele hablarse entre quienes se dedican a ese deporte, por temor a que se confunda con cobardía.

El público no se sube a recibir golpes, somos nosotros, ataja Berchelt; por eso pienso que debemos cuidarnos, porque somos los que tenemos que bajar y llevarles el alimento a nuestras familias. Además, el boxeo es un deporte que ante todo exige la defensa, golpear al oponente y evitar ser golpeado, eso requiere habilidad.

El referente a seguir para Berchelt es Floyd Mayweather, al menos en cómo administró su carrera. El estadunidense se fue invicto del boxeo y fue poco golpeado. La firma del apodado Money es ser el mejor peleador defensivo y todavía mejor negociante.

Se fue cuando quiso y ahora regresa en agosto porque quiere; además, administró muy bien su carrera, concluye Berchelt. Termina su exposición de manera concisa y clara; dice que es muy aficionado a leer, entrenar el cerebro, porque aunque piensa reinar durante mucho tiempo, no todo en la vida es boxeo.