PAN, PRD y PT-Morena en el Senado deploraron la decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de echar abajo parte de las medidas adoptadas por su antecesor, Barack Obama, para la normalización de relaciones diplomáticas entre Washington y La Habana y pidieron al gobierno de Enrique Peña Nieto no secundarlas.

La coordinadora del PRD en el Senado, Dolores Padierna, dijo que espera que en la 47 sesión de la Organización de Estados Americanos (OEA), que se iniciará el lunes en Cancún, haya un rechazo contundente al anuncio de Trump, ya que vuelve a la época del embargo contra Cuba y a las restricciones para viajar a la isla.

Por separado, la presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, Gabriela Cuevas, demandó al gobierno de Peña Nieto no secundar las medidas de Trump, ya que, sostuvo, perjudicarán al pueblo cubano y no al régimen de Raúl Castro.

Padierna recalcó que a dos años de la grata noticia que dieron Obama y Castro del restablecimiento de relaciones diplomáticas, de iniciar vínculos económicos y de viajes, lo que representaba el cambio más significativo en 50 años, Trump lo echó por la borda, cumpliendo su amenaza de aplicar una nueva política hacia Cuba, que en realidad es volver a la vieja política.

Retroceso

Con tal decisión se da un retroceso en la construcción de una América unida, al acusar al gobierno de Castro de financiar el terrorismo y cobijar represores. El grito de Mike Pence, vicepresidente de Estados Unidos, al término de su discurso, de Cuba sí, Castro no, muestra una vuelta al pasado que no debe permitirse por los demás estados latinoamericanos”.

La perredista dijo que llevarán a la Comisión Permanente la propuesta de exigir a Estados Unidos la eliminación del bloqueo y la devolución del territorio de Guantánamo a Cuba.

La panista Gabriela Cuevas opinó que el presidente Trump actuó de forma inconsciente, ya que la experiencia demuestra que esas sanciones y prácticas afectan más a la población que al gobierno.

Consideró que se requiere un continente americano unido, para impedir que Estados Unidos vuelva a la práctica de meter la nariz en otros países.