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De nuestras Jornadas

Políticos entrampados

C

ada día, las dirigencias del PRI se vuelven más críticas como si cuan-do gobiernan lo hagan muy bien. Creen, evidentemente, que golpear por golpear, muchas veces sin sustento, es hacer un buen trabajo como oposición. Que el dirigente estatal, Heriberto Huicochea Vázquez, se pronunciara por una certificación de las policías comunitarias para que estén reguladas y se tenga control sobre qué armas usan y quién las está usando, podría ser una magnífica idea; sin embargo, mejor sería que dirigiera sus baterías hacia la fracción priísta en el Congreso local, que constituye la mayoría, a fin de que saque adelante, ya de una vez, las reformas a la Ley 701 de Reconocimiento, Derechos y Cultura de los Pueblos y Comunidades Indígenas de los Pueblos del Estado de Guerrero, efecto para el cual ya se ha vencido el plazo.

Es precisamente esta ley, la que regula a las policías comunitarias, y debe ser la misma, en consecuencia, la que determine la legalidad de esos cuerpos de seguridad y las condiciones en que deben operar. Huicochea Vázquez, muy participativo en el debate, se refería a la masacre perpetrada en Cacahuatepec, presuntamente por la policía dependiente de la Unión de Pueblos y Organizaciones, que entre las víctimas dejó a un niño de cuatro meses. La unión ha disputado el predominio en el corredor de Petaquillas a Tierra Colorada, donde ha tenido varios enfrentamientos con el Frente Unido para la Seguridad y el Desarrollo del Estado de Guerrero, con saldo de muertos, heridos y desaparecidos.

Ya el gobierno del estado ha declarado que es ilegal y ambos no responden a los intereses de los pueblos que dicen representar sino a otros grupos con propósitos oscuros; sin embargo, han gozado de libertad, tolerancia e impunidad. Si bien el Poder Ejecutivo no ha hecho su parte, tampoco ha cumplido con su responsabilidad el Legislativo, pues si lo hubiera hecho habría un sustento legal bien definido de que ambos grupos son ilegales pues no se ajustan a la norma.

La idea es precisamente que, con las reformas se determine que policías comunitarias tienen validez; sin embargo, los diputados se han mostrado omisos con la complacencia de sus partidos, el PRI entre ellos, cuya dirigencia ha guardado silencio cómplice. Luego, pues, quieren parecer muy críticos pero no se fijan dónde están parados.