Toluca, Méx.

La muerte de José Octavio Sánchez Razo –presunto agresor de la niña Valeria– dentro del penal de Neza-Bordo la madrugada del jueves, se suma a otras 17 muertes en los penales mexiquenses en dos años y medio.

Según los diagnósticos de centros penitenciarios estatales que elabora cada año la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), en 2015 se documentaron 12 decesos en las cárceles mexiquenses y cinco en 2016.

Los estudios catalogan al penal de Neza-Bordo como uno de los más problemáticos de la entidad, con sobrepoblación de más de 200 por ciento, lo que provoca hacinamiento en las celdas y que los reos intenten un autogobierno.

Los diagnósticos coinciden con otros elaborados por la Comisión Estatal de Derechos Humanos que también documentó sobrepoblación, hacinamiento y falta de condiciones para que los internos tengan estancia digna.

El diagnóstico 2015 de la CNDH señala que ese año hubo 12 decesos en los 20 centros preventivos mexiquenses, de los que siete fueron homicidios y cinco suicidios. En 2016, hubo cinco homicidios, 85 por ciento en los dormitorios o celdas, como el de Sánchez Razo.

La CNDH señaló en sus diagnósticos 2015 y 2016 que el penal de Neza-Bordo tiene infraestructura para mil 930 internos, pero atiende a más de 4 mil 430, lo que provoca ingobernabilidad y déficit de personal de seguridad.

Este viernes, el comisionado de Seguridad Ciudadana de la entidad, Eduardo Valiente Hernández, dijo que la investigación sobre la muerte de Sánchez Razo sigue su curso. Recalcó que fueron separados de sus cargos el director del penal y el jefe de custodios para dar paso a la indagatoria.