La Universidad Autónoma Chapingo (UACH) llevó a cabo un programa de captación de agua de lluvia, mediante el cual pretende abastecer del líquido a escuelas de la sierra Mixteca poblana, que carecen de este recurso.

El centro de estudios advirtió que en México sólo 23.9 por ciento de las escuelas cuenta con bebederos, situación de carencia que afecta en particular a los alumnos de colegios rurales y en zonas indígenas o marginadas.

De acuerdo con estudios de la UACH, en la zona hay alrededor de 30 planteles de educación básica y la mayoría no cuenta con el servicio, por lo que los padres se ven obligados a pagar el traslado de agua en pipas, para lo cual tienen que destinar hasta mil 500 pesos, dinero que restan del gasto para la alimentación familiar.

En esta región, considerada marginal, de extrema pobreza y semiárida, el Programa Especial de Extensionismo y Vinculación Universitaria Chapingo invirtió recursos e infraestructura con la finalidad de atender a escuelas de niveles prescolar y básico, cuya matrícula es de entre ocho y 50 alumnos.

Instalaciones

Se trata de 10 planteles indígenas, 13 comunitarios y siete de sistema general, ubicados en el municipio de Zacapala, que ya cuentan con un módulo de captación de lluvia con el que se obtienen 88 mil litros, de los cuales 4 mil 480 son de agua purificada.

Rafael Sánchez Bravo, titular del Programa de Captación de Agua de Lluvia de la UACH, explicó que en los módulos pueden retener 12 mil litros en cada precipitación que ocurra y subrayó que esto no es un regalo. Venimos a enseñar, no queremos un monumento, queremos sumarnos a una lucha que, si no la damos, acabaremos con el agua para los niños del presente y del futuro.

Durante la entrega de los sistemas de captación de agua pluvial, los investigadores de Chapingo enfatizaron que ningún partido político, líder social o funcionario de gobierno se puede adjudicar dicha entrega, ya que los recursos provienen de la universidad y no están condicionados políticamente.

En ese sentido, indicaron que este tipo de programas se sostienen con el presupuesto de la institución educativa –que este año ascendió a mil 600 millones de pesos–, con el fin de que las obras tengan un verdadero impacto social.