Lunes 12 de junio de 2017, p. 36
En una familia de Jalisco, cada integrante vive con un riñón, debido a que se han hecho donaciones y actualmente todos tienen buenas condiciones de salud. María de Jesús, de 26 años, ha recibido dos trasplantes renales en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
El primero de estos procedimientos fue cuando ella era niña; su madre le donó el órgano, y después, en 2016, lo hizo su hermano menor. Posteriormente su hermano mayor también presentó insuficiencia renal y su padre fue el donante.
Los cinco vivimos con un solo riñón y vivimos bien. Todo es prácticamente normal, nada más le bajamos a la sal. Me siento muy bien; nada más es cuidarse, tomar mucha agua y que no se me olvide tomar el medicamento en el día y la noche; es poquito, pero que no falle. El seguimiento nos lo dan en la clínica (unidad de medicina familiar) 34 y en el hospital (general regional) 46
, explica María de Jesús.
En un comunicado del IMSS se menciona que a los nueve años, ella comenzó a presentar complicaciones, recibió diálisis durante dos años, y después se hizo el trasplante. Así vivió durante 11 años, pero después comenzó a rechazar el órgano, por lo que se le debió hacer otra intervención de este tipo.
El titular de la división de nefrología y trasplantes del Hospital de Especialidades del IMSS en Jalisco, Eduardo González Espinoza, explicó que ese caso fue exitoso porque se logró estabilizar a la joven mediante un tratamiento médico altamente especializado, para que pudiera recibir un nuevo trasplante y proporcionarle buena calidad de vida.