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El empresario mexicano Antonio del Valle pierde alrededor de 550 millones de euros

Con un euro Santander compró Popular

Más de 300 mil inversionistas dañados; señalan al connacional de manipular el valor

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Ana Botín, directora ejecutiva de Santander, durante una conferencia de prensaFoto Afp
Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 8 de junio de 2017, p. 23

Madrid.

El Banco Santander, la entidad financiera con más clientes y activos de España, compró por un euro al Banco Popular, después de varios meses de caída libre del valor bursátil y de una gestión de la cúpula directiva que la ha llevado a la ruina. Los principales afectados son los más de 300 mil pequeños inversionistas, además de los dueños de porcentajes más importantes, como el empresario mexicano Antonio del Valle, que perdió de un plumazo alrededor de 550 millones de euros, que es el valor aproximado del 4.3 por ciento que poseía. Los pequeños accionistas presentarán una denuncia contra el empresario mexicano, del que sospechan que podría haber manipulado el valor de la entidad.

El Banco Popular nació en 1926 con un discreto capital, pero en la década de los 40, en plena dictadura fascista de Francisco Franco, tomó el mando del banco el empresario catalán ultraconservador Félix Millet, quien además de tejer una importante red de clientes en Cataluña empezó a crecer en gran medida por el apoyo directo del régimen. Millet tenía como mano derecha a Juan Manuel Fanjul, un supernumerario del Opus Dei que introdujo con fuerza a este grupo católico ultraconservador y con un gran poder económico y empresarial. Hasta la fecha los principales accionistas del Banco Popular tenían vínculos o pertenecían a este grupo católico, que tiene también un amplío tejido empresarial, académico y profesional en México.

Hoy, después de una semana de pánico en la directiva del banco, con una caída en picada de su valor bursátil y la ausencia prácticamente de liquidez, ni siquiera para abrir sus oficinas de atención al público, finalmente se adoptó de madrugada una decisión que dejó estupefactos a los pequeños y medianos accionistas: el Banco Central Europeo (BCE) decidió sacar una subasta exprés para la adquisición de la entidad de tan sólo un euro, a cambio de que el empresario o grupo que lo adquiriese asumiera una ampliación de capital de unos 7 mil 900 millones de euros con la que se pudiera hacer frente a los ahorros e inversiones de los clientes.

La decisión adoptada por Bruselas vino motivada fundamentalmente para evitar un rescate bancario que supusiera, a la larga, el pago del mismo por las arcas públicas europeas y españolas. La decisión supuso la pérdida de todas las acciones de los 300 mil inversores que poseían títulos de propiedad del Popular, cuya acción cotizó antes de la venta en su valor más bajo, a 0.34 euros por cada una.

La Junta Única de Resolución advirtió que este proceso ha sido desencadenado por el BCE tras constatar la situación de inviabilidad de Popular y la necesidad de intervención para dar cumplimiento a los objetivos de interés público establecidos en la normativa europea de resolución. La declaración de inviabilidad se produce debido a los problemas de liquidez derivados del deterioro de su base de depósitos durante los meses recientes y la incertidumbre sobre sus planes privados para afrontar posibles deterioros del balance de la entidad, según un comunicado, que confirmó la quiebra del banco que ya se había advertido por los propios accionista.

Los principales afectados buscan ahora a los responsables del desastre, entre ellos a quienes han sido sus presidentes ejecutivos en los últimos años, Ángel Ron, que dejó el cargo en el 2016, y Emilio Saracho, que estaba en funciones cuando estalló la crisis. Pero también señalan al gobierno del conservador Mariano Rajoy, que en los últimos meses ha insistido en todos los foros y organismos públicos que el Banco Popular era una entidad viable, saneada y con futuro. No fue así y ahora ya forma parte del poderoso Banco Santander, que en los últimos años ha absorbido otras entidades con problemas similares, como Banesto.

La presidenta del Santander, Ana Botín, explicó que la inversión por la operación será de unos 7 mil 900 millones, con la que se dará cobertura de los activos problemáticos y habrá un fuerte saneamiento. Santander se situará así como entidad líder en España, superando así a BBVA y CaixaBank, con 20 por ciento de cuota en crédito y un 25 por ciento en pequeñas y medianas empresas.

Uno de los principales afectados por la operación fue Del Valle, de origen asturiano, que poseía alrededor de 4.3 por ciento de la entidad, lo que le llevó a perder en una sola noche más de 550 millones de euros. El empresario tuvo un papel protagonista dentro de la crisis del banco, al haber sido el principal impulsor de la destitución de Angel Ron.