Madrid.

El músico y artista visual Brian Eno llegó a Madrid esta semana para presentar Light, la primera exposición individual del autor británico que acoge la galería Ivorypress, y que cerrará el 15 de julio próximo.

Tenemos que usar un porcentaje mayor de creatividad y dejar de pensar que existen artistas y públicos, señaló el músico en una entrevista concedida, en la que habló sobre la democratización del arte, el punto de encuentro de su música y sus creaciones visuales o la doble catástrofe del Brexit y Trump.

La excusa de su regreso a España, cuatro años después de presentar en la Sala Alcalá 31 la obra 77 Million Paintings, es la instalación Light: un trabajo de luces led que se sincronizan en una infinita combinación en la que los límites se diluyen y los colores parecen contaminarse entre sí, aunque su percepción es tan lenta que requiere la paciencia y atención del espectador.

Mi trabajo en la vida es pedir a la gente que se calme, permanezca quieta, tranquila y deje a un lado su maldito teléfono móvil, afirmó el artista, que invita a la reflexión con esta pieza. Expresó que en algunas de sus exposiciones se esconde y comprueba la reacción de los visitantes: Cuando la gente se sienta es signo de éxito.

Sus creaciones no escapan de aspectos filosóficos o políticos, ha expresado. En su análisis sobre la situación actual, señala que mientras para la mayoría de las personas la doble catástrofe de Donald Trump y el Brexit es el principio del fin, él cree que esto empezó hace 40 años, con Ronald Reagan y Margaret Thatcher, por lo que la humanidad está en la mitad de este recorrido.

Estoy encantado de contar a todo mundo mis secretos, señaló Brian Eno, quien no dudó en explicar el funcionamiento de la instalación que se puede visitar en Madrid. A su juicio, todo mundo es creativo y la mayor tragedia de la humanidad es que sólo se usa una parte muy pequeña, y en muchos trabajos o la escuela incluso no lo permiten.

El artista contó que cuando era joven admiraba a Mondrian y Kandinsky y quería ser pintor. En aquella época, la formación artística era gratis, por lo que gente de la clase trabajadora, como era su caso, podía llegar a ser artista. Hoy, dijo, las cosas han cambiado, y la gente de derecha no entiende que el apoyo en el presente puede contribuir al desarrollo en el futuro.

Eno, quien comenzó en la música con el proyecto Roxy Music para luego como solista ser uno de los nombres más relevantes de la experimentación electrónica, señaló que su objetivo es conseguir que sus creaciones musicales y visuales lleguen a un punto de encuentro, algo que cree haber encontrado. Quería huir del sentido narrativo habitual de la música y dotar de movimiento al arte. En el contraste de ambas cosas todo cobra sentido, precisó.

El artista apeló al estado de alerta como la cualidad más importante, porque es entonces cuando uno hace siempre su mejor trabajo. Los hábitos son necesarios, pero te puedes permitir no tenerlos, señaló Eno, quien cada día elige aleatoriamente entre los 69 caminos que existen para andar el kilómetro que hay desde su casa a su estudio en Londres.

Acerca de los grupos o músicos que oye en casa, aseguró que sólo escucha gospel, porque lo anima a cantar. El resto del tiempo, su equipo permanece apagado: No pongo música, hago música.

Compartió que le gustaría usar su voz en un proyecto futuro, aunque prefiere no hablar de ello, porque cree que de esa manera lo mata.

Al margen de la música y el arte, Brian Eno es uno de los fundadores de la Long Now Foundation, una organización que pretende fomentar la reflexión sobre los dilemas futuros. En palabras del compositor, el impacto de las acciones es mayor en la actualidad, pero también lo es la responsabilidad. Del mismo modo, señaló, si uno vive en un tiempo limitado su comportamiento también lo es, por lo que apela a la idea de un largo ahora.