Raúl Potro Gutiérrez tomará las riendas del Atlante, anunció Eduardo Braun Burillo, presidente del equipo azulgrana, quien explicó: “Se eligió al Potro porque es atlantista, campeón del mundo, un hombre con mucha experiencia”, dijo el directivo, quien puntualizó que seguirán con sede en Cancún.

El Atlante anunciará el martes de manera oficial esta decisión, asimismo, dará a conocer diversas medidas para impulsar hacia la primera división a uno de los equipos más añejos del balompié mexicano y con mayor arraigo entre la afición de la capital del país.

El presidente de los azulgranas aseguró que los Potros de Hierro no se venden, sino que quieren formar un comité capaz de hacer resurgir al equipo, por lo cual también buscan un socio capitalista, el cual, todavía no han encontrado.

Para Raúl Gutiérrez, quien fue campeón del mundo con la selección Sub-17 en el torneo realizado en México en 2011, será su primera oportunidad con un equipo en la división de ascenso, luego de conducir las riendas de selecciones menores.

El equipo es propiedad de Alejandro Burillo Azcárraga y de José Antonio García, quienes han mostrado desinterés hacia el club, pues en los pasados torneos los jugadores y personal administrativo padecieron retrasos salariales que llegaron hasta los cuatro meses.

Ambos empresarios llevaron la franquicia del Atlante a este paradisiaco lugar en 2007, luego de pactar un flujo de recursos económicos con el gobierno estatal de Félix González Canto, que incluyó la construcción del estadio Andrés Quintana Roo, con una inversión de 20 millones de pesos. El compromiso con las posteriores administraciones fue para mantener al equipo hasta 2017.

El inicio fue increíble con la conquista del título Apertura 2007 –en el mismo torneo de su llegada a Cancún–, sin embargo, tras perder el apoyo estatal el equipo cayó en un tobogán hasta descender a la llamada división de Plata en abril de 2014, y en el recién concluido Clausura 2017 casi desciende a Segunda División por sus adeudos.

El plantel azulgrana estuvo a punto de no jugar la última fecha del torneo de Ascenso Mx, pues los jugadores estaban decididos a no presentarse al partido ante Loros de Colima en protesta por el retraso en el pago de sus sueldos.

Los dueños esperan –de la mano del Potro Gutiérrez– darle el impuso definitivo que haga volver a los primeros planos a un equipo que en 2016 celebró de manera gris su primer centenario.