Honran a la compositora por su cumpleaños 60 con un acto en el Palacio de Bellas Artes
Estrena en México Señales, concierto para violín con Irvine Arditti como solista
Ahora me mueve la sorpresa, un reto para todo artista, expresa en entrevista con La Jornada
El programa será interpretado por el ensamble del Cepromusic, dirigido por su titular, José Luis Castillo
Una de las grandes cosas que aprendí de Mozart fue la economía de medios, cosa que mantengo. Me interesa mucho, también, la cuestión arquitectónica de la obra, la construcción formal, explica Hilda Paredes (de pie)Foto Jesús Villaseca
Sábado 3 de junio de 2017, p. 2
Considerada una de las compositoras mexicanas más importantes de su generación, Hilda Paredes (Tehuacán, Puebla, 1957) recibirá hoy a las 17 horas un homenaje en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes con motivo de su cumpleaños 60.
El acto consistirá en un concierto del Ensamble del Centro de Experimentación y Producción de Música Contemporánea (Cepromusic), dirigido por su titular, José Luis Castillo.
El programa constará de dos obras de la autoría de la compositora: el estreno en México del concierto para violín Señales, que será interpretado por el reconocido violinista británico Irvine Arditti como solista (con quien está casada), y Jitanjáfora, pieza estrenada por el ensamble del Cepromusic en 2014.
De igual manera, la agrupación hará el estreno mundial de sendas obras de los mexicanos Alejandro Romero y José Luis Hurtado, así como de la inglesa Rebecca Saunders, y tocará por vez primera en el país Piccola musica notturna, de Luigi Dallapiccola.
Herramientas bajo la manga
En entrevista con La Jornada, Hilda Paredes precisa que la sorpresa es, en la actualidad, el principal impulso de su ejercicio creativo.
El gran reto al que me enfrentó cotidianamente es encontrar cosas nuevas que no conozco. Con el paso del tiempo, el oficio me ha dotado de herramientas que, sé, pueden funcionar. Por eso lo que me mueve ahora es la sorpresa; es lo que busco. Al final de cuentas, se trata de uno de los mayores retos para cualquier artista con el paso de los años
, explica.
Radicada en Londres desde 1979, reconoce que mientras más compone, más humilde empieza a ser ante la música y ante las posibilidades de cómo se le revela.
Responde que actualmente se observa como una compositora con gran madurez que ha logrado consolidar su lenguaje y desarrollar muchas de las búsquedas e inquietudes estéticas de cuando comenzó en esta profesión, a finales de la década de los 70 del siglo pasado.
Una de las grandes cosas que aprendí de Mozart fue la economía de medios, cosa que mantengo. Me interesa mucho, también, la cuestión arquitectónica de la obra, la construcción formal. He desarrollado muchas maneras diferentes de construir mi música para que sea sólida, se sostenga, y tengo bastantes herramientas bajo la manga
, indica.
Ha crecido por muchas influencias. Por un lado, explorar otras posibilidades que no son necesariamente las maneras convencionales de tocar los instrumentos. Así, he encontrado otro tipo de sonoridades. Esta preocupación me surgió a partir del trabajo que empecé a realizar en el estudio de música electrónica.
Para la autora, cuyas obras son tocadas de forma recurrente por los principales grupos y solistas del mundo, la comunicación con el público es un aspecto esencial, sin embargo aclara que esto no implica transigir con su búsqueda sonora ni estética.
Escribo mi música para una gente que escucha absolutamente todo, cada detalle. En esa medida soy muy exigente. No me preocupa alimentar las necesidades de la sociedad de consumo
, detalla.
Hay mucho miedo de algunos promotores a programar música nueva, quizá para asegurar que, como se dice en inglés, haya muchos culos en el auditorio. Y lo que me interesa es que haya muchos oídos. Me gusta comunicar a la gente que quiere escuchar, que quiere sorprenderse y descubrir los universos sonoros que yo misma estoy descubriendo al hacer música.
En ciernes, cuarta ópera
Hilda Paredes considera que haber emigrado muy joven de México ha sido muy provechoso para su labor artística, debido a que le ha permitido estar muy cerca de los más recientes desarrollos musicales del mundo y asistir a infinidad de festivales internacionales, a los cuales ha llegado por su propia música.
Esto es una fuente de inspiración. He tenido la posibilidad de trabajar con músicos de muy alto nivel y de esta manera he podido explorar y experimentar mucho con mi lenguaje
, señala.
De igual manera, dice, esta distancia le ha permitido tener una mejor perspectiva del país y sus raíces, los cuales no advertía cuando aún radicaba aquí, al hacerla consciente de lo que es, de dónde proviene y los elementos que contribuyeron a su formación.
He reflexionado mucho al respecto en el transcurso de mi lenguaje musical. Me confrontó con muchos preconceptos, sobre todo del mundo de la industria musical y de muchos promotores fuera del país que tienen una idea errónea de lo que es la música mexicana y latinoamericana. La engloban en una misma etiqueta.
Autora de tres óperas y una cuarta en ciernes, que estrenará en el Festival Internacional Cervantino de 2018, Paredes refrenda su convicción en la universalidad de la música.
La obsesión de ponerle nacionalidad se debe a la industria del entretenimiento. Porque la música en sí misma puede hablar; si los oídos están abiertos, es un lenguaje que no necesita traducción y que puede entrar directamente hacia el alma.