Entre 2015 y 2016 las solicitudes de asilo aumentaron casi 150 por ciento en México.

Las solicitudes presentadas ante la coordinación general de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) pasaron de 3 mil 424 a 8 mil 781 en el periodo mencionado, de acuerdo con el informe preliminar La interpretación y aplicación del derecho internacional y nacional de los refugiados en México. Análisis de las resoluciones de primera instancia de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados, elaborado por especialistas del Programa de Derechos Humanos de la Universidad Iberoamericana y del Centro de Derechos Humanos Fray Matías de Córdova.

Cifras del estudio muestran que la tendencia de crecimiento entre 2013 y 2016 fue de 89.2 por ciento anual. En tanto, el porcentaje de solicitantes que obtuvieron la condición de refugiados pasó de 21 por cien en 2013 a 35 por cien en 2016.

El documento se enfoca principalmente en los refugiados provenientes de El Salvador, Guatemala y Honduras.

Indica que los principales motivos por los cuales miles de hombres, mujeres, niñas y niños huyen de Centroamérica están “asociados a amenazas y actos de violencia cometidos en su contra o contra sus familiares por pandillas y maras”.

Pese a que es de carácter preliminar, el informe apunta algunas hipótesis sobre cómo la coordinación de la Comar interpreta y aplica la Ley sobre Refugiados.

Los investigadores encontraron que en muchas ocasiones el sentido de las resoluciones de las solicitudes de asilo parece “no estar determinado por la situación particular de los solicitantes, sino por decisiones tomadas a priori”.

Señalan que no es raro encontrar resoluciones en donde la instancia de la Comar reconoce que las personas sufrieron o están en riesgo de sufrir daños a su integridad o violaciones a sus derechos; pero concluye que éstos no son suficientemente gravosos. Indican que en diversas resoluciones se advierte la existencia de un sesgo que genera discriminación por razones de edad o género. Por ejemplo, que las personas del sexo masculino mayores de edad parecen enfrentar más obstáculos para ser reconocidas como refugiadas.

En otro punto, el informe indica que en los casos de niños ex maras, la Comar podría estar negando el reconocimiento de la condición de refugiado sin hacer un análisis del interés superior del niño.

Estos planteamientos serán verificados por los universitarios en la segunda etapa de la investigación, en la que analizarán las resoluciones emitidas por la coordinación de la Comar entre enero de 2011 y diciembre de 2016, mismas que el Programa de Derechos Humanos Ibero consiguió mediante solicitudes de información formuladas por conducto del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales.

La confirmación de una o varias hipótesis en esa etapa podría significar que el ejercicio del derecho a buscar y recibir asilo ha sido afectado potencialmente en detrimento de la vida, la seguridad y la integridad de las personas que solicitan el reconocimiento de la condición de refugiado, de acuerdo con los investigadores.

Asimismo, implicaría la posibilidad de que, ante resoluciones negativas emitidas por coordincaión general de la Comar, el Instituto Nacional de Migración esté deportando a personas que cumplen con los requisitos para ser reconocidos como refugiados o refugiadas, en contravención al principio de no devolución.