El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) lanzó ayer la campaña Niñez que huye, con el propósito de recaudar 18 millones de dólares para brindar albergue y asistencia económica y legal a menores de edad que huyen de Centroamérica por la violencia.

El organismo estimó que 182 mil refugiados escaparon del norte de Centroamérica en 2016, lo que representó 10 veces más a lo registrado hace cinco años. Unicamente en México más de 16 mil niños no acompañados fueron detenidos por las autoridades migratorias en el mismo año, y muchos de ellos necesitaban asilo, puntualizó.

Durante la presentación de la campaña en el Museo de la Tolerancia, cuatro menores de Honduras, El Salvador y Guatemala relataron el acoso que sufrieron de las pandillas conocidas como Maras, al grado de que no podían salir de sus casas y si lo hacían, eran obligados a involucrarse en las organizaciones criminales. Actualmente viven en México los pequeños Ruth, Eyma, Shese y Diego, quienes manifestaron su interés en terminar sus estudios y trabajar, ya sea en Google o como chefs.

El actor Diego Luna respaldó la campaña y lamentó la indiferencia de la sociedad hacia este problema.

De igual manera se dijo avergonzado por la hipocresía del gobierno mexicano, que recibe a los migrantes como criminales, y pidió a la ciudadanía presionar a las autoridades para que apoyen a esta población.

Por su lado, el representante de Acnur en el país, Mark Manly, puntualizó que el fenómeno de los niños en fuga no es nuevo. En 20114, la agencia publicó dos estudios sobre la materia, en los que se reporta que 50 por ciento de los menores que salieron de sus países lo hicieron a consecuencia de la violencia generada por la delincuencia organizada, los reclutamientos forzados o los ataques sexuales, es decir, tenían el pérfil de refugiados y necesitaban encontrar una solución en otro país, añadió.

Expuso que el problema se ha ido incrementando. Entre 2011 y 2016 el número de personas que llegaron a México buscando refugio se elevó en mil 50 por ciento, y sólo entre 2016 y el inicio de este año, se ha visto otro aumento de 140 por ciento.

La gente no sólo está viajando hacia el norte, sino también al sur, lo que ha generado un número importante de solicitudes de asilo en Costa Rica y Belice, explicó el representante de la Acnur.

Manly subrayó que los gobiernos de la región han reconocido esta realidad; sin embargo, no basta con ello, es necesario, que aumenten los esfuerzos para garantizar los derechos humanos de los niños, y en particular, el derecho de no ser devuelto a un país donde su vida corre peligro.