Cannes.

Un año después de denunciar en la alfombra roja del Festival Internacional de Cine de Cannes un golpe de Estado de Michel Temer en Brasil, el cineasta Kleber Mendonça se sumó a las crecientes demandas que piden la dimisión del presidente por acusaciones de corrupción.

Hace un año, teníamos claro que esto seguramente iba a pasar, afirmó Mendonça, director de Aquarius, en alusión a las masivas protestas que reclaman desde hace varios días la salida del presidente conservador, especialmente tras la divulgación de una comprometedora grabación. Ahora es más difícil predecir qué pasará, porque la situación es muy confusa. Sin embargo, Temer sí, debe dimitir. Es como si se pincha la rueda de un auto y el conductor no quiere cambiarla, sino seguir conduciendo.

Kleber Mendonça está en Cannes como presidente del jurado de la Semana de la Crítica, una sección paralela del festival. El año pasado, el cineasta brasileño, que competía por la Palma de Oro con Aquarius, captó la atención mediática mundial cuando junto a la protagonista Sonia Braga y el resto de su equipo sacó a la luz en la alfombra roja el golpe de Estado contra la entonces presidenta Dilma Rousseff.

El gobierno se ha ido desmoronando

Lo que hicimos no lo veo como un acto heroico, sino de simples ciudadanos. En los pasados 12 meses, el gobierno de Temer se ha ido desmoronando, y no se ha probado nada contra Rousseff y su predecesor, Luiz Inácio Lula da Silva, acusados de corrupción, agregó.

Ahora, entre los cineastas brasileños cada uno aporta su parte, pero creo que deberíamos organizarnos mejor y expresarnos juntos, escribir una carta o hacer un video. En febrero pasado, directores y profesionales de la industria cinematográfica brasileña presentaron una misiva en el Festival de Berlín pidiendo el apoyo de sus colegas internacionales contra lo que consideraban las amenazas del gobierno de Temer a la cultura.

El gobierno de Brasil “oficialmente afirma que nada cambiará para la cultura (...) pero uno va viendo varias cosas que no apuntan en ese sentido. Es sutil y cínico. Como si pides un almuerzo y el camarero dice que ya te lo trae, aunque no haya comida. Eso pasó con el sabotaje de Aquarius en los Óscar”, que no fue seleccionada por las autoridades, pese a tener una buena acogida en Brasil y en el extranjero.

Para el cineasta, con la llegada de los conservadores al poder se ha pasado a criticar todo lo que tiene que ver con el pensamiento. Los intelectuales son tratados de idiotas, afirmó. Agregó que este es el caso también en Estados Unidos y Reino Unido.

Aunque admite que es terrible decirlo, asegura que en los momentos de crisis nace a veces el mejor arte. Uno está enojado, frustrado y eso lo acaba convirtiendo en poesía, literatura o películas.

Explicó que ya está trabajando en su próxima película sobre una pequeña comunidad en Brasil que descubre que tiene un talento especial para la violencia. No sé si será política o no, eso lo decidirá el espectador.

Por su parte, el cineasta estadunidense David Lynch fue ovacionado este jueves en el encuentro de la costa azul francesa, adonde regresó después de 15 años para presentar la tercera temporada de Twin Peaks, su exitosa serie de los años 90.

Varios ¡I love you! se escucharon cuando el cineasta, Palma de Oro en 1990 por Corazón salvaje, ingresó en el Gran Teatro Lumière de Cannes para asistir a las proyecciones de los dos primeros episodios.

Todo un acontecimiento

El regreso de David Lynch detrás de la cámara es todo un acontecimiento, dijo Thierry Frémaux, director general del festival.

Twin Peaks giraba en torno al asesinato de la joven Laura Palmer (Sheryl Lee) que investigaba el agente Dale Cooper (Kyle MacLachlan). El caso quedaba resuelto tras dos temporadas y un filme Twin Peaks: Fire Walk With Me, presentado en competencia en Cannes en 1992. En la última escena de la película, Cooper recibía una advertencia: Nos volveremos a ver dentro de 25 años.

Pero, Lynch ¿había realmente previsto el regreso de Twin Peaks? En mi inconsciente quizá (...) pero desde luego no de forma consciente, señaló en una entrevista difundida por el encuentro.

El director de Mulholland Drive también salió al paso de los rumores que apuntaban que iba a dejar de hacer cine. No, mis declaraciones fueron malinterpretadas. Simplemente dije que nadie sabe qué nos depara el futuro, precisó.