El cineasta mexicano Michel Franco fue bien acogido ayer en la Croisette con Las hijas de Abril, drama intimista que narra la relación de tres generaciones de mujeres: una madre cincuentona completamente absurda y sus dos hijas, una treintañera obsesionada con el sobrepeso y deprimida y una adolescente embarazada.

La historia cobra vida en Puerto Vallarta, escenario usual para él, donde las actrices convivieron semanas antes de arrancar el rodaje, para intercambiar vivencias y enriquecer sus personajes. Esta es la cuarta ocasión que Franco presenta una de sus cintas en Cannes. Su ópera prima Daniel & Ana fue nominada en 2009 a la Cámara de Oro.

Galardones franceses

Tres años más tarde, Después de Lucía obtuvo el premio a la mejor película, precisamente en Una cierta mirada, y en 2015 fue candidato a la Palma de Oro por Chronic, que le mereció el galardón a mejor guión.

Es muy emocionante volver a Cannes y sentirnos apapachados por todos ustedes. Es el festival más importante del mundo y es un desafío repetir, dijo muy satisfecho en el encuentro con periodistas. Me gusta descubrir talentos y filmar en mi país, prosiguió. Junto a él, estuvieron el venezolano Lorenzo Vigas, productor del filme, la actriz española Emma Suárez y los mexicanos Joanna Larequi, Enrique Arrizon y Ana Valeria Becerril, su gran hallazgo en la película.

La idea de Las hijas de Abril, que cuenta la historia de una familia destrozada, con una madre desequilibrada y ausente por muchos años, nació cuando Franco vio a una adolescente embarazada paseando por las calles de México. Se veía muy bonita y contenta. Hay muchas en nuestro país. Era inevitable pensar en cómo llegó a esa situación y a futuro cómo enfrentar las incertidumbres y lo que representa una nueva carga económica, explicó.

Cuando escribo mis películas me esfuerzo mucho para que no sean sobre un tema específico. Ésta no es sobre la maternidad, el aborto o la adopción. Es sobre la vida en general, y trato de no juzgar a mis personajes. Mis películas siempre buscan el terreno gris, nunca blanco o negro.

En relación con el papel de la mujer en la sociedad actual, muy machista, comentó: Hay una generalización equivocada. A la mujer se le exige mucho, más de lo que debe, y es condenada por sus errores. El padre puede estar ausente, pero la madre no. Era un reto mayúsculo escribir los personajes femeninos, no sólo el de Abril, pues me permiten explorar más matices. Los prefiero a los masculinos. Claro, soy hombre y nuestro mundo es como un laberinto. Espero salir bien librado de esto, dijo sonriendo.

La película ha sido rodada en orden cronológico, lo que permitió apertura en la improvisación de los diálogos y las escenas. Franco no escatimó halagos hacia Emma Suárez, a quien calificó de generosa con sus compañeros de reparto y como la mejor actriz del mundo. Me llaman mucho la atención los padres que se niegan a aceptar que no tienen la misma edad de sus hijos y compiten con ellos, como es el caso de Abril, que aún cree tener 20 años, enfatizó Franco.

Para mí, señaló la actriz, Abril es el personaje más difícil que he interpretado. Está en las antípodas de mis códigos y valores, pero hubo algo visceral que me llevó a hacerlo. Quería plantear un personaje que enganchara al espectador. Como padres, muchas veces tratamos de proteger a nuestros hijos y no sabemos cómo. El rodaje fue muy intenso y el modo de trabajar es, definitivamente, muy particular.