Los programas de nutrición y activación física disminuyen el ausentismo en 14 %
Viernes 19 de mayo de 2017, p. 39
Las empresas que invierten en programas de salud para sus empleados (nutrición, activación física y enfermedades laborales, entre otros), ganan con una disminución de 14 por ciento en el ausentismo, la rotación de personal baja 25 por ciento y los trabajadores son 23 por ciento más productivos. Además, en un plazo de cinco años se reduce 15 por ciento la prevalencia de enfermedades crónicas como diabetes, reveló la encuesta de salud levantada por la consultora AON.
La investigación, que se realiza por sexto año, incluyó en esta ocasión a más de 300 empresas del país de diferentes giros y de acuerdo con AON es representativa de la situación nacional.
Destaca el creciente interés de los negocios pequeños por contar con este tipo de estrategias. En el reciente año la participación de este grupo creció más de 200 por ciento, al pasar de 14 a 37, y cuenta con al menos un programa de salud para sus empleados, principalmente para control de peso y prevención de diabetes, hipertensión y cáncer, entre otros males.
En la presentación de los resultados, Nidia Cabra, directora técnica de Beneficios para Empleados de AON, explicó que cada año ha aumentado el interés de los corporativos por formar parte de la investigación. En 2012 la mayoría eran empresas globales, pero para 2017 representan 31 por ciento del total.
La encuesta encontró que 79 por ciento de los trabajadores tienen entre 31 y 41 años de edad y su principal interés es la estabilidad económica, familiar y de salud; 11 por ciento tienen de 21 a 30 años y lo que quieren es tener liquidez monetaria. En tanto, 10 por ciento corresponde a las personas de 41 a 50 años, cuya principal preocupación es tener buena salud y un plan de pensión para el retiro.
La ejecutiva resaltó la importancia de que las empresas ofrezcan programas de salud a su personal, debido a los beneficios que les reditúan, como el aumento de la productividad y un mejor clima laboral.
Indicó que es necesario que los patrones se mantengan al tanto de los cambios y avances en esta materia. Mencionó el caso de la incorporación del estrés laboral a la lista de enfermedades consideradas como riesgo de trabajo. Es un gran desafío e implica que los empleadores proporcionen las condiciones para que esta condición no se presente o se reduzca al mínimo.
Aunque ya es parte de la normatividad, la autoridad aún tiene que emitir especificaciones, como los criterios para determinar el estrés laboral y si será motivo de incapacidad. También tendrá impacto en las aseguradoras, porque esta condición de salud no está reconocida como enfermedad en la cobertura de las pólizas de gastos médicos mayores, indicó.
La encuesta encontró, por ejemplo, que apenas 15 por ciento de los programas de salud de las empresas se ocupan de mejorar la calidad del sueño de sus trabajadores y 32 por ciento ofrece atención de factores sicosociales, lo que incluye padecimientos mentales (ansiedad y depresión).
Otro indicador novedoso que se detectó en el estudio de 2017 es la inclusión de la equidad de género en 80 por ciento de las empresas, en aspectos como la igualdad de salarios, condiciones de trabajo y consideraciones para la integración de las mujeres en la vida laboral