Los instrumentos de participación ciudadana, contenidos en el nuevo marco estipulado por la Constitución Política de la Ciudad de México, plantean retos que van desde la ampliación misma de la participación de los ciudadanos, su inclusión en más asuntos de la vida pública, como la elaboración de los presupuestos y el gasto públicos, así como su supervisión y seguimiento, y evitar que se conviertan en mecanismos para la legitimación y refuerzo de relaciones clientelares.

Lo anterior señalaron consejeros del Instituto Electoral local (IEDF) y académicos e investigadores de El Colegio de México en el foro Debate en torno al modelo de participación ciudadana en el contexto de la Constitución de la Ciudad de México, en el que la diputada constituyente Mayela Delgadillo sostuvo que si bien no es todo lo que se hubiese querido, hay logros importantes, como establecer el derecho de los menores y las personas jóvenes a participar como observadores electorales y en la toma de decisiones públicas de sus comunidades y otros ámbitos, así como comenzar a generar una cultura participativa diferente.

El presidente del IEDF, Mario Velázquez, admitió que aun cuando se ha logrado incrementar de 2.6 a 11 por ciento la participación ciudadana en procesos como la consulta del presupuesto participativo, advirtió que en este momento el nivel de confianza de la ciudadanía hacia sus autoridades está en su punto más crítico.

El consejero electoral Pablo Lezama señaló que el Congreso local deberá generar un nuevo marco legal retomando lo que se ha ganado hasta ahora y con el nuevo modelo que se deberá implementar a partir del texto constitucional capitalino.