Las cenizas del artista serán depositadas junto a un fresno que sembró y cuidaba
La idea es que sus restos crezcan en ese árbol, dijo a La Jornada Lourdes Hernández, su viuda
Era un ejemplo de lo que un autor debe ser en lo político, social y estético, expresa un colega
Miércoles 17 de mayo de 2017, p. 3
El artista Felipe Ehrenberg (Tlacopac, CDMX, 1943), fallecido el pasado lunes a causa de un infarto masivo, fue velado ayer en su casa de Jiutepec, Morelos, donde se mudó el pasado 15 de septiembre.
Por la noche fueron cremados sus restos y sus cenizas se depositarán en una maceta que alberga un fresno que él mismo sembró y cuidaba. La idea es que crezcan con el árbol, expresó a La Jornada su viuda, Lourdes Hernández Fuentes.
Artista polémico, irreverente, neólogo, como se definió desde los años 70 del siglo pasado por su estudio de las nuevas tecnologías, Ehrenberg cumpliría 74 años el próximo 7 de junio. En fechas recientes había padecido cáncer de próstata, sin embargo, sus análisis ya salían bien
, dijo Hernández Fuentes.
Conocida como la cocinera atrevida
, Hernández Fuentes mencionó la posibilidad de un homenaje dentro de un mes en el Museo de Arte Moderno, recinto que celebró en 2008 el medio siglo de trabajo artístico de Ehrenberg con su primera retrospectiva Manchuria: visión periférica, con más de 200 piezas.
Fue el novelista Fernando del Paso quien le puso neólogo, pues “cuando me preguntó: ‘¿tú qué haces?’, le respondí: ‘pinto, pero ya menos”; me dijo: ‘entonces ya no estás haciendo pintura’, le dije: ‘estoy haciendo arte’, me dijo: ‘pintas’, le dije: ‘no’, me dijo: ‘entonces eres un neólogo’”.
Búsqueda de caminos alternativos
Alto, de bigote poblado e innumerables tatuajes –los huesos
impresos en el dorso de la mano izquierda eran un homenaje vitalicio
a José Guadalupe Posada–, Ehrenberg siempre estuvo donde tenía que estar.
Como muestra, en 1968 participó en la formación del Salón Independiente, iniciativa artística surgida como reacción a acciones patrocinadas por el Estado. Tras tomar parte en la lucha estudiantil de esos años, como consecuencia de la represión al movimiento salió del país y se estableció en Londres. En 1973 presentó Chicles, chocolates y cacahuates, la primera exposición conceptual en México, en la Galería José María Velasco. A raíz del terremoto de 1985 erigió un centro de asistencia para damnificados en Tepito, donde también vivió.
El tema de la muerte estuvo presente en la obra de Ehrenberg a lo largo de su trayectoria. En 1967 expuso su primera ofrenda de Día de Muertos, obra objeto, también en la Galería Velasco. Apenas en octubre de 2015 realizó una magna ofrenda en el Zócalo capitalino.
Manuel Zavala, artista y responsable de la publicación electrónica cultural independiente Artes e Historia México, estaba en pláticas con Ehrenberg para hacer una revisión histórica de su trabajo y presentarlo como artista del mes. De todos modos se publicará una nota lo más amplia posible
, ya que “para nuestra generación, que hoy está bien consolidada, Felipe era todo un ejemplo en cuanto a lo que un artista debe ser en sus posiciones política, social y estética, al igual que en las búsquedas de caminos alternativos.
Fundó la Beau Geste Press/Libro de Acción Libre (editorial pionera en el territorio del libro-objeto), fue cofundador del Grupo Proceso Pentágono, exploró las neográficas con el mimeógrafo y en su pintura se notó mucho la presencia del cómic. Fue un artista que tuvo una participación fundamental en hacer germinar la semilla del trabajo grupal.
Preparaba antología con sus textos
El pintor Santiago Rebolledo, ex integrante del Grupo Suma, encomió la capacidad de Felipe Ehrenberg para llegar a los jóvenes y motivarlos a hacer obras más contemporáneas en soportes no tradicionales.
También destaca su conexión con el Grupo Fluxus. Con Beau Geste Press/Libro de Acción Libre organizó Fluxshoe, magna exposición itinerante de obra de Fluxus, que incluyó a artistas como Joseph Beuys y Yoko Ono.
Para el pintor Tomás Parra, Ehrenberg era una persona con gran vitalidad y disciplina en su trabajo personal, al igual que en los proyectos en los que colaboró. Era un artista de ideas, así le puse. Generaba tal cantidad de propuestas, gran parte de ellas ejecutadas con mucho talento, que crearon una imagen de contemporaneidad en el medio cultural mexicano. Seguramente dejó muchos proyectos pendientes, porque era muy inquieto, siempre generando otras posibilidades de lenguaje
.
Con Sol Henaro, curadora de Acervos Documentales del Museo Universitario Arte Contemporáneo, Ehrenberg trabajaba desde hace dos años en una antología de sus textos escritos a lo largo de su carrera. Las compiladoras son Vania Macías y Lorena Botello, quienes llevan 90 por ciento de avance.