Incursionó en la política con los socialistas y después dio un giro a la derecha
Martes 16 de mayo de 2017, p. 30
París.
El presidente francés, Emmanuel Macron, nombró este lunes primer ministro al diputado conservador Édouard Philippe, antes de viajar a Berlín con la intención de reafirmar el papel motor del eje franco-alemán en una Europa en crisis.
Philippe, también alcalde de la ciudad portuaria de El Havre, en el noroeste de Francia, es un político conservador de 46 años que no ocupaba hasta ahora un primer plano en el país.
El nombramiento se dio a conocer después de que Macron asumió la presidencia en el Palacio del Elíseo el pasado domingo. Soy un hombre de derechas
, reivindicó Philippe durante el traspaso de poderes en el Hotel de Matignon, residencia oficial del primer ministro francés.
En una entrevista para la televisión, Philippe aseguró que la situación
del país implica intentar algo que no se haya intentado nunca
con hombres y mujeres de derecha, de centro y de izquierda en un mismo gobierno.
Con la elección de un primer ministro ajeno a su partido, Macron intenta atraer a la derecha para obtener mayoría parlamentaria con vistas a las próximas elecciones legislativas de junio y así impulsar las reformas liberales y sociales que prometió durante su meteórica campaña, ya que su recién formada fuerza política, En Marcha! carece de representantes en el Legislativo, integrado por el Parlamento, la Asamblea Nacional y el Senado.
Igual que Macron, el nuevo primer ministro estudió en la Escuela Nacional de Administración, sus primeros pasos en la política los dio como estudiante con los socialistas antes de vincularse a la centro-derecha. Philippe es alcalde de El Havre desde 2010 y diputado desde 2012.
Édouard Philippe, militante del derechista partido Los Republicanos, es el primer ministro más joven de Francia desde el socialista, Laurent Fabius, quien ocupó el cargo en 1984 a los 37 años, en el mandato del socialista François Mitterrand.
En tanto, Macron realizó su primera visita de Estado a Alemania, donde se reunió con la canciller federal Angela Merkel. El gobernante francés pidió una reforma histórica
de Europa, para hacer frente al crecimiento de los movimientos políticos antisistema y antieuropeos, y al riesgo de la desintegración del bloque.
Ambos jefes de Estado dijeron estar dispuestos a cambiar los tratados para reformar la Unión Europea si fuera necesario.
