Lunes 15 de mayo de 2017, p. 8
La presencia de los militares en labores de seguridad pública es riesgosa para la población si no se les dota del entrenamiento táctico para que se respeten los derechos humanos, señalaron especialistas universitarios en temas de seguridad.
Sin embargo, algunos manifestaron posiciones encontradas en torno a la estrategia contra el narcotráfico.
Pedro Peñaloza, criminólogo de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), indicó que la ejecución de un civil por parte de un soldado en Palmarito Tochapan, municipio de Quecholac, Puebla, es reflejo de una lógica equivocada
con que se combate al crimen organizado, y demandó el regreso de los militares a sus cuarteles.
Raúl Benítez Manaut, del Centro de Investigaciones sobre América del Norte de esa casa de estudios, afirmó que sería un error sacar de un día para otro a los soldados del combate al crimen, pero se requiere de una ley donde se asienten reglas claras, basadas en derechos humanos e investigación.
La presencia del Ejército en las calles, asentó Peñaloza, denota la incapacidad de la clase política dominante de encontrar fórmulas más allá de lo punitivo para resolver las violencia. No basta con una pelea de militares contra delincuentes, pues el crecimiento de la criminalidad obedece a muchos factores.
El académico enfatizó que es tonto pensar que la pobreza es la única causa de la violencia y la criminalidad, pues es sólo uno de los múltiples factores de riesgo.
Trasfondo
en la iniciativa de ley
La ley de seguridad interior que se discute en el Congreso –con la que se daría facultades al Ejército para realizar labores de seguridad pública– no tiene por qué debatirse. Consideró que su verdadero fin puede ser la idea de limitar las expresiones sociales en las calles ante un reñido proceso electoral en 2018.
Benítez Manaut expresó que si se regresa de un día para otro a los militares a sus cuarteles se pondría en riesgo la seguridad de ciertos sectores de la población.
Pero para mantenerse en esas labores, afirmó, los soldados deben mejorar sus tácticas de combate y se debe impulsar una legislación que de verdad asiente los límites en ese encargo.
No estoy de acuerdo con ninguno de los proyectos de ley de seguridad interior que se discuten en el Congreso, porque están mal planteados. Necesitamos una legislación que establezca de verdad que en la guerra contra el crimen organizado haya reglas claras
, concluyó.