Hace unas semanas una niña de cinco años denunció haber sido víctima de abuso sexual por varios compañeros, pero en vez de proteger a la menor para que se reintegre a clases e investigar a los agresores, las autoridades escolares han tratado de convencer a la familia de la niña para que no persista en su demanda de justicia.

En entrevista con La Jornada, Ana Nieves García San Martín, madre de Fanny Daniela Romero García, explicó que poco antes de salir de vacaciones de Semana Santa su hija empezó a comportarse de manera extraña y dejó de controlar sus esfínteres.

Al preguntarle si estaba bien, finalmente la menor le confesó que había sido agredida por cinco de sus compañeros de clase en el Centro Preescolar Nezahualpilli, ubicado en el municipio de Chimalhuacán, estado de México.

Según la niña, sus agresores la llevaron al baño, le taparon la boca, le sujetaron las muñecas para que no pudiera defenderse y le metieron los dedos en la vagina, luego de hacer a un lado su falda y su ropa interior.

La madre y la abuela de Fanny Daniela la llevaron a una clínica del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), donde uno de los médicos revisó a la niña y confirmó que tenía inflamación vaginal. También se le practicaron exámenes de orina y estudios sicológicos, y se le recomendó a los familiares de la menor agredida que denunciaran lo ocurrido ante las autoridades.

Sin embargo, el Ministerio Público de Chimalhuacán le dijo a Nieves García que no había un médico legista mujer que pudiera inspeccionar a la niña, y no podría hacer nada más que levantar un acta de hechos, pues los responsables de la agresión también eran menores de edad y no podían ser imputados.

La mujer acudió también a la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México, donde le dijeron que iban a entrar en contacto con los padres de los cinco menores que agredieron a Fanny, lo cual no se ha cumplido.

De igual manera García San Martín solicitó a las autoridades escolares tomar medidas para que su hija pudiera volver a clases sin temor de encontrarse con los compañeros que la atacaron, pero a la fecha no ha ocurrido, lamentó.

No es justo que ella pierda clases, cuando fue la afectada. Quiero que le den medidas de seguridad a mi hija. Si no se hace nada, situaciones como las narradas van a seguir ocurriendo; no es posible que pase esto y nadie le importe, denunció.