La exposición Caminos de luz: universos huicholes, que se presenta en el Museo Nacional de Antropología (MNA), concluye hoy luego de haber sido visitada en cinco meses por casi 400 mil personas.

La muestra entusiasmó, sobre todo, a niños y jóvenes, al ofrecer una dinámica propuesta multimedia que acompañó a la única y principal obra maestra del arte huichol que se exhibió: una tabla rectangular, de 2.5 metros de ancho por 122 centímetros de alto, con dibujos en 20 tonalidades de estambre, creada hace más de 30 años por el artista y guía espiritual (mara’akame, en huichol) José Benítez Sánchez (1938-2009).

La pieza se titula La visión de ‘Tatutsi Xuweri Timaiweme y narra los mitos, deidades y símbolos de los wixaritari (huicholes), nietos del fuego, hijos del sol, la lluvia, la tierra y el mar, hermanos menores del venado y el peyote, herederos del que desposó a las cinco diosas del maíz, único sobreviviente de un devastador diluvio.

La información que conocemos y tenemos a la mano acerca de los pueblos originarios de México no siempre es la más fidedigna, explica la curadora de la exposición Pilar Cuairán Chavarría.

En entrevista con La Jornada, dice que los huicholes han recibido mucha atención por parte de mexicanos y extranjeros, “por ser un grupo étnico atractivo, distinto, rodeado de una mística que los ha vuelto muy populares, sin embargo, es importante conocer que se trata de una cultura poco comprendida.

Hay paradigmas que no reflejan la inmensa riqueza de su cosmovisión. Esta muestra, sencilla, asequible, y al mismo tiempo profunda y muy ambiciosa, trató de propiciar un encuentro más verdadero y memorable de la cultura huichol con los visitantes, quienes se llevaron una sorpresa.

La pieza de Benítez forma parte de la colección permanente del MNA, anteriormente exhibida en las salas de etnografía, en el primer piso del recinto.

Al volverla protagonista de esta exposición, que forma parte del proyecto museográfico Una pieza: una cultura, se hace también una invitación al público para que visite esos espacios del museo que guardan una riqueza insospechada, para recolocar la mirada en obras magistrales que no se han apreciado como debieran, o bien en piezas que ya se conocen mucho, pero que necesitan una resignificación, tener su propio lugar.

La aplicación móvil que se diseñó para tabletas electrónicas, y que los visitantes podían consultar en la propia sala de exposiciones, así como varios de los materiales audiovisuales, estarán disponibles para su descarga en Internet de manera permanente y gratuita.

La curadora señaló que esas plataformas digitales “son los catálogos del siglo XXI, donde la información se acompaña con imágenes de muy buena resolución, lo cual brinda la posibilidad al usuario de explorar la exposición a su manera y a su tiempo.

“Si bien estamos muy orgullosos por las casi 400 mil personas que nos visitaron, estamos conscientes de que no todo mundo puede visitar el museo, y a veces tampoco es sencillo conseguir los catálogos de las exposiciones. Por eso, la plataforma digital que estará al alcance de todos, da la oportunidad de compartir la información de una manera más económica, y con una difusión más eficiente a través de redes sociales.

Ésa es la misión de nuestra exposiciones temporales, producir nuevo conocimiento, transmitir nuevas ideas y poner a dialogar piezas para que se acerque el público a ellas como si las viera por primera vez. En cuanto al material táctil que se exhibió, estarán disponibles en el propio MNA, se colocarán en la sala de etnografía a donde pertenece la pieza.

Hasta el miércoles pasado, Caminos de luz: universos huicholes había recibido 380 mil visitantes, luego de que el propio público solicitó que se extendiera un mes más la muestra que debía terminar a mediados de abril. Este domingo, al cierre, se espera se llegue o quizá se rebasen las 400 mil entradas.

Además, por vez primera, una exposición temporal en el MNA tuvo condiciones de accesibilidad al ciento por ciento para personas con algún tipo de discapacidad: en ese aspecto también recibimos muy buenos comentarios por parte del público, sobre todo como retroalimentación para seguir mejorando los proyectos para brindarles un acceso total a la oferta cultural, concluye Pilar.