Con títeres, música y actos circenses la compañía Puño de Tierra despertará la curiosidad de los niños sobre el fenómeno de la migración, que aborda en la obra Una bestia en mi jardín, que desde este fin de semana se escenifica en el teatro El Granero Xavier Rojas del Centro Cultural del Bosque.

Hablar de la migración con los niños es necesario, dice Valentina Sierra Bárcena, autora y directora de la obra, pues esta época “es de muros y como mexicanos tenemos puesta la mirada en el norte, en la valla y en la discriminación; pero si volteamos hacia el sur, los migrantes de Centroamérica y Sudamérica viven un calvario aquí.

“Los migrantes se tienen que subir a un tren de carga porque no pueden circular libremente y en ese transporte enfrentan violencia, robo y asesinato. Es un problema en México, porque La Bestia atraviesa el territorio nacional.”

Luz en un panorama oscuro

En opinión de Valentina Sierra, los mexicanos suelen referirse al problema migratorio en el norte, de cómo sufren los connacionales, pero no se habla de lo que nosotros hacemos a los que vienen y pasan por aquí.

El montaje cuenta la historia de Damián, niño mexicano que vive en un refugio, en compañía de su madre –una patrona que diario cocina en enormes ollas comida para regalar a los migrantes–, quien descubre que cerca de su jardín pasa la enorme bestia de la que muchos hablan. En medio de encuentros y despedidas, el niño identifica las diferentes caras de la bestia.

Por ser un tema complejo, la autora recurre “al realismo mágico que produce el uso de títeres y música alegre en vivo, porque dentro del panorama oscuro de la migración hay una luz: las patronas, mujeres que deciden llevar comida a las personas que por necesidad trepan a La Bestia. El protagonista es hijo de una patrona”.

La directora explica en entrevista con La Jornada que impartieron talleres sobre migración a niños de diversas edades y ellos formularon múltiples preguntas, porque es difícil que un pequeño acepte algo tan fácilmente. Siempre lanza un ¿por qué?

No es una obra para papás que no quieren contestar preguntas; despertará la curiosidad del niño, porque se toca un tema que genera un montón de dudas.

En el montaje, en el que participan Fernando Bonilla, Francia Castañeda, Malcolm Méndez, Yurief Nieves, Bruno Salvador Jiménez y Marianella Villa, presenta las diferentes caras del tren llamado La Bestia para que los niños adquieran conciencia de la existencia del otro, porque no todos somos del mismo lugar.

“A veces, como dice el protagonista, tu casa se convierte en el camino de muchas personas. Creo que los niños pueden tomar la decisión de qué lugar ocupan en el tema de la migración y preguntarse: ¿soy el que mete el pie?, ¿soy el que ayuda cuando se puede? o ¿soy el que da la espalda e ignora?; por todo esto decidimos hacer la obra y por eso el título Una bestia en mi jardín, porque la migración está ahí, puedo cerrar la puerta y no verla, pero es un tema que se debe de tocar”.

En la obra se muestra a la bestia terrible que come personas, también a la bestia cansada de cargar migrantes y a la que de pronto cumple sueños, pues muchas personas emigran hacia Estados Unidos, pero no todos los hacen por la misma razón.

Crear obras para niños es difícil, sino se tiene experiencia, dice Sierra, quien ha trabajado con niños y es madre de dos, quienes a veces son sus musas.

La segunda temporada de Una bestia en mi jardín abarca del 13 de mayo al 25 de junio en el teatro El Granero Xavier Rojas (Reforma y Campo Marte, atrás del Auditorio Nacional).