De mil presos que obtienen su libertad en la Ciudad de México, 300 vuelven a delinquir. La cifra se refleja en los elevados índices de inseguridad que reporta la capital, señalaron autoridades penitenciarias durante la instalación de la Comisión de Reinserción Social de los Centros Penitenciarios y de Servicios Pospenales.

Plantearon como reto hacer que los reincidentes no produzcan inseguridad en la población, porque se comprobó en recientes hechos delictivos de alto impacto que los autores tenían antecedentes por diversos delitos.

Entre las causas de esta reincidencia se mencionó el actual Sistema de Justicia Penal Acusatorio, que permite que en tres o cuatro días una persona que cometió un delito pueda quedar en libertad o se le vincule a proceso sin ingresar a una prisión.

Además, reconocieron las fallas que ha tenido el sistema penitenciario para reinsertar a quienes estuvieron en la cárcel, debido a que no se garantizó a los reclusos su derecho al porvenir, por tratarse de historias de exclusión, porque sus familias los corrieron o el barrio los volvió a meter al crimen.

Para esta población, identificada y ubicada en los reclusorios y que proviene principalmente de las delegaciones Iztapalapa, Gustavo A. Madero y Cuauhtémoc, se van a poner en marcha programas de varias secretarías de Gobierno, que se coordinarán para que quienes salgan de la cárcel tengan mejores condiciones, trabajo y porvenir.

No obstante, también se expuso la propuesta de una nueva Ley de Ejecución Penal, la cual será presentada la próxima semana por el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, en la Conferencia Nacional de Gobernadores.

En ella se plantean ajustes para que quienes delinquen no queden libres por deficiencias del sistema, pero se aclaró que no se trata de que haya más personas en la cárcel, sino que quienes dañan a la sociedad no puedan salir.