El Estado mexicano y los gobiernos no se han apropiado de la agenda de derechos humanos y la sociedad tampoco ha asumido el discurso de éstos, afirmó Mario Luis Fuentes, del Programa de Estudios del Desarrollo de la Universidad Nacional Autónoma de México (PUED-UNAM).

En los Foros universitarios. La UNAM y los desafíos de la nación, con el tema Derechos humanos y equidad, dijo que no obstante la reforma al artículo primero constitucional de 2011, o que las narrativas oficiales sostienen que todo se hace bajo un enfoque de derechos, las definiciones presupuestales siguen supeditadas a las (políticas) macroeconómicas de la distribución de recursos. La organización del gasto sigue siendo inercial.

Luis Fuentes sostuvo que los indicadores de evaluación están atrapados en las siete dimensiones de carencias del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), a tal punto que la política social está construida para poder cumplirlos y no responde a una visión de desarrollo, sino a tratar de garantizar, influir e impactar a esas siete carencias como una manera práctica de que si se incide en ellas se puede modificar esta medición de progreso.

Refirió que la medición multidimensional y sus indicadores no refleja un enfoque de derechos. Por otra parte, los ajustes presupuestales recientes han erosionado las ya de por sí precarias capacidades de las instituciones para promover la articulación, la formación y el esfuerzo conjunto, a fin de garantizar todos los derechos.

José del Val, director del Programa Universitario de la Diversidad Cultural, dijo que la escolaridad y el acceso a la educación es un indicador por excelencia de la desigualdad que caracteriza al país, que se expresa también en el presupuesto destinado a la creación de universidades interculturales, sin recursos humanos ni económicos suficientes para verdaderamente desarrollarse.

En los foros también participaron Rolando Cordera, PUED-UNAM; Clara Jusidman, Incide Social; Enrique del Val, de la Dirección General de Planeación, y David Barrera, doctor honoris causa.