En medio del hermetismo, amparado en un pacto de silencio entre los comisionados, continúa el proceso de renovación de la presidencia en el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (Inai).

Con el plazo para registro de aspirantes que vence hoy, hasta ahora sólo la comisionada Patricia Kurczyn se ha registrado; disputaría el cargo con su homólogo Rosendoevgueni Monterrey, quien tendría mayores posibilidades entre el resto, aunque es ubicado muy cercano al presidente Enrique Peña Nieto.

En una fría despedida, se desarrolló la última sesión del Inai que presidió Ximena Puente, quien escuetamente citó para la próxima, a efectuarse mañana, y que fue convocada ex profeso para elegir a quien dirigirá el instituto hasta 2020.

Hasta ahora, no se han alcanzado consensos en torno a uno de los comisionados, pues de acuerdo con las reglas de sucesión, se requieren al menos cinco votos en las primeras rondas para alcanzar el cargo.

Concluida la sesión, Puente salió del salón de sesiones sin querer aludir al tema, por lo que sólo forzadamente respondió dos preguntas sobre su gestión: se pusieron en marcha la reformas en transparencia, la armonización de las leyes en la materia en todo el país, así como la Plataforma Nacional, y ese es un logro de todos, acotó.

–¿Qué perfil debe reunir quien la suceda?

–Cada una y cada uno de los integrantes tienen un extraordinario perfil para suceder. Estamos seguros de que así será, dijo antes de que se cerraran las puertas del elevador. Aunque la ley permite la relección de presidente del organismo, Puente concluye en 2018 su nombramiento de comisionada, por lo que está descartada para buscarla.

Kurczyn, de visión conservadora en casos polémicos, se ha caracterizado por ser una de quienes más ha confrontado a Puente en las reuniones privadas por su desempeño y la forma en que dirige el instituto.

La actual presidenta ha mantenido precarios equilibrios internos, particularmente después de su frustrada pretensión de encabezar la Fiscalía Anticorrupción. Su registro como aspirante al cargo, en noviembre pasado, fue cuestionado externa y, sobre todo, internamente, porque no hubo aviso previo de su aspiración que, al paso de las semanas se revelaría como uno de los más grandes errores de su gestión cuando en diciembre, ante la inviabilidad de su candidatura, la retiró.

Respaldo de Areli Cano

En principio, Kurzcyn tendría el respaldo de la comisionada Areli Cano, quien, por terminar su encargo en 2018, no puede aspirar a la presidencia del Inai; eventualmente, también podría respaldarla Joel Salas, quien aún no ha decidido si postularse al cargo.

En la correlación de fuerzas, en el otro grupo está Monterrey como el que podría tener mayores posibilidades, según ha trascendido. Sin embargo, es quien sería el más cuestionado por su origen. En 2014, de los siete comisionados aprobados por el Senado, él fue el único incorporado fuera del proceso, el cual implicaba el aval de un grupo de especialistas en la materia.

Con experiencia en el organismo de transparencia del estado de México, su designación fue polémica y cuestionada por haber llegado al Inai con la bendición presidencial y ajeno al respaldo del grupo de expertos. En su desempeño, ha sido consecuentemente conservador en temas cruciales para el gobierno federal, como la apertura de la bitácora de los aviones asignados a la Presidencia.

Otro de los comisionados que aún valoraba su registro es Francisco Javier Acuña, y estaría en función del cabildeo para obtener mayor respaldo. Por lo que hace al comisionado Óscar Guerra, quien encabezó el diseño e instrumentación de la Plataforma Nacional de Transparencia, que arrancó con múltiples problemas, algunos de los cuales aún arrastra, lo que sería un factor que juega en contra de sus posibilidades de presidir el organismo.

Según las reglas de operación, será hoy, a las 19 horas, el rango máximo de cabildeo para obtener apoyos y consensos. El pacto de silencio de los comisionados pretende acotar el efecto de la falta de consensos.