Prevé que el balance primario se transformará en superávit
Martes 9 de mayo de 2017, p. 18
Pese a que México está mejorando su posición fiscal después de un importante deterioro, basada en transferencias no recurrentes del banco central, persiste un problema estructural: la brecha de varios puntos porcentuales entre ingresos recurrentes y gasto total, que necesitará corregirse, consideró el Banco de América Merrill Lynch.
Admitió que es casi una realidad que el balance primario se transformará en superávit este año y que la Secretaría de Hacienda tiene por objetivo uno superior a uno por ciento, después de una transferencia de 1.5 por ciento del producto interno bruto por el Banco de México (BdeM).
Mover el balance primario de déficit a superávit es un desarrollo importante
. Pero el verdadero reto, advirtió, llegará el año próximo con las elecciones federales (y muy probablemente) sin transferencia del BdeM.
En el reciente estudio El futuro aún es pesimista, elaborado por Carlos Capistrán, economista en jefe para México de dicha firma financiera internacional, se señala que, en el contexto de un deterioro del crecimiento-inflación, el BdeM seguirá aumentando sus tasas, en línea con la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed, como se le conoce) por un tiempo, pero en algún punto las políticas monetarias probablemente se separarán.
Prevemos que el BdeM aumentará 25 puntos base en septiembre, junto con la Fed, y permanecerá en espera lo que queda del año. A pesar de la esperada desaceleración en la actividad económica, un ciclo de recortes está lejos de aparecer en el horizonte. En cualquier caso, el riesgo es hacia mayores alzas que la valuación actual del mercado, dado que la inflación de servicios sigue en aumento. Nuestros estrategas creen que los cambios de políticas en Estados Unidos son un riesgo para el peso, y su percepción es que el BdeM intervendrá para evitar la excesiva volatilidad.
Por otro lado, estimaron los analistas que las políticas de la administración de Donald Trump serán menos extremas que como se pensó inicialmente. Las agencias calificadoras parecen estar menos inclinadas a bajar la calificación de México, comparando con unos meses atrás, gracias a los riesgos al alza para el crecimiento y a la percepción de políticas menos extremas en Estados Unidos
.
En torno al crecimiento de los precios, estimó que la inflación alta será temporal y se ubicará por debajo de 4 por ciento en 2018. Lo anterior, pese a que la tasa de inflación ya se encuentra por encima de 5.6 por ciento, su nivel más alto desde 2009. La inflación subyacente también seguirá aumentando y se ubicará en 4.8 por ciento. La mayor parte del incremento puede ser atribuido al traspaso del tipo de cambio a la inflación, tras la depreciación del peso de los pasados tres años y debido a la fuerte alza de las tarifas energéticas de principios de año.