Chiapas no pudo eludir la fatalidad y perdió la categoría. El equipo de Carlos López Chargoy descendió a la llamada Liga de Plata a pesar de vencer 1-0. De nada sirvió el triunfo de esta noche, porque en otro frente el Morelia hizo sus deberes.

Los Monarcas vencieron 1-2 al Monterrey, lo que le alcanzó para instalarse sorpresivamente en la liguilla y tener además al líder de goleo, Raúl Ruidíaz, con nueve dianas. El Monterrey, que ya estaba calificado, se quedó con 27 unidades.

En el estadio de los Rayados, el gol de Ruidíaz en tiempo de compensación significó la vida para los Monarcas, por lo que la celebración tras el pitazo final fue explosiva, con llanto, abrazos y alegría, y con el técnico Roberto Hernández en festejo con sus auxiliares y pupilos.

El peruano salvó a su equipo, que ya estaba en la cuerda floja al ir empatado 2-2 con el penal cobrado por Dorlan Pabón, al minuto 86, tras un error que les costó demasiado.

Sin embargo, vendría la milagrosa anotación de Ruidíaz, que lo convirtió en campeón de goleo. Con lágrimas, el delantero declaró que lo más importante fue la salvación de su equipo. El otro tanto del Morelia fue de Gastón Lezcano, al minuto 31.

En el estadio Jalisco los Jaguares buscaron hacer su partido sin pensar en los otros frentes donde estaba definiéndose su destino. Al minuto 10 Christian Hobbit Bermúdez aprovechó la floja marca de la zaga rojinegra y remitió un trallazo que se incrustó en el ángulo superior izquierdo del marco custodiado por Óscar Ustari.

Aunque los de la selva buscaron con ahínco hacer más daño, se fueron al descanso con la mínima ventaja. Para el regreso, Atlas quiso enmendar la situación, por lo que el técnico José Guadalupe Cruz envió a la cancha a Fidel Martínez. Enseguida Martín Barragán cimbró el poste derecho al asestar un cabezazo que falló por muy poco.

El portero rojinegro Ustari tuvo que salir a causa de una lesión y dejó su lugar a Miguel Fraga, pero luego del dominio inicial de los chiapanecos, en el segundo tiempo Atlas logró nivelar; sin embargo, el marcador ya no se movió.