Postura intervencionista ante el conflicto de Venezuela
Sábado 6 de mayo de 2017, p. 14
La postura del gobierno de México frente al conflicto de Venezuela es intervencionista y ajena a los principios de la tradición diplomática que lleno de prestigio al país, dijo ayer el politólogo Nayar López Castellanos, coordinador del Centro de Estudios Latinoamericanos (Cela) de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.
Por su lado, el catedrático José María Calderón, también del Cela, lamentó que las autoridades mexicanas hayan renunciado a una política exterior afamada, en la que actuaban con una voz independiente. La percepción que ahora se tiene es que carecen de autonomía, pues de alguna manera exponen puntos de vista que son muy cercanos a Estados Unidos. Destacó así que no tienen la voz suficiente como para poder mediar en un conflicto.
Un día despues de que el gobierno de México firmó junto a otros siete países latinoamericanos una declaración en la que condena el uso excesivo de la fuerza por las autoridades venezolanas contra la población civil que protesta y hace un llamado a que se respeten los derechos humanos de los ciudadanos, López Castellanos consideró que la administración peñista no está haciendo una valoración completa de lo que sucede en la nación sudamericana.
De acuerdo con el investigador universitario, se está tergiversando la situación y el gobierno mexicano toma partido por la oposición. Esto no es nuevo. Hace unas semanas, el presidente Enrique Peña Nieto recibió a la esposa de un dirigente opositor y ahí quedó clara la postura de formar parte de una estrategia regional encabezada por Estados Unidos para interferir en el conflicto venezolano en favor de la oposición y debilitar la gestión de Nicolás Maduro, añadió.
En entrevista, también calificó la actitud mexicana de hipocrita, pues pide respeto a las garantías fundamentales de las personas, cuando internamente tiene serios problemas en ese campo. Puso por ejemplo, la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa y la matanza de Tlataya.
De igual manera criticó que en la declaración conjunta, se hable del uso excesivo de la fuerza, pero no se haga mención de los actos francamente terroristas que la oposición desarrolla con el objetivo de dar la idea de caos y de que el gobierno no tiene capacidad de poner orden.
México debería jugar otro papel, pero desgraciadamente se convirtió en vocero más del Departamento de Estado de Estados Unidos. En lugar de promover el diálogo juega el papel de interventor del conflicto, favoreciendo claramente a la oposición, destacó Nayar López.
Calderón señaló que la posición mexicana en la declaración conjunta es ponderada y de mediación, pero los venezolanos la ven como injerencista y en cierta medida lo es.